La Fiscalía rusa incoó ayer diez procedimientos penales contra ultranacionalistas que protagonizaron el sábado ataques xenófobos contra personas procedentes del Cáucaso Norte y países de Asia Central.

Según fuentes oficiales, 32 personas resultaron heridas, de las que siete aún se encuentran hospitalizadas, durante los disturbios que tuvieron lugar el sábado junto al Kremlin, donde se habían congregado unos 5.000 ultras para protestar por la reciente muerte de un aficionado del Spartak de Moscú, fallecido el lunes pasado en una trifulca después de ser tiroteado por un caucásico, informó Efe.

En las imágenes televisivas se pudo apreciar cómo los manifestantes golpeaban a quienes tuvieran rasgos caucásicos y a los centroasiáticos en presencia de las fuerzas de seguridad rusas.

El jefe de Estado, Dmitri Medvedev, mostró su preocupación ante estos «progromos». «Los actos que buscan animar el odio racial, nacional o religioso son especialmente peligrosos» y «amenazan la estabilidad del Estado», advirtió.

Estos sucesos se producen en un contexto en el que la prensa rusa se hace eco del alarmante crecimiento de la xenofobia en el país y justo cuando acaban de nombrar a Rusia como sede del Mundial de Fútbol de 2018.

Como ejemplo, el diario opositor «Novye Izvestia» tituló «Nazismo bajo los muros del Kremlin» para referirse a los incidentes del sábado.