El líder de los independentistas flamencos, Bart de Wever, aseguró que el Estado belga es una «nación en quiebra» que «no tiene futuro», ya que lleva seis meses sin Gobierno. De hecho, el jefe del primer ministro en Bélgica, afirmó que no tiene intención de participar en las negociaciones para intentar formar un gobierno porque «corremos un gran riesgo de perder las elecciones. Hemos sido elegidos porque proponemos reformas radicales». Las legislativas del 13 de junio consagraron la victoria del N-VA en la parte flamenca y de los socialdemócratas en la zona francófona.