Bilbo entra en la gestión foral de basuras con la sombra de Zabalgarbi
En el final del mandato y con su socio Ezker Batua en horas bajas, el PNV mostró ayer cuáles son las pautas que van a regir en los próximos años la política municipal de gestión de los residuos sólidos urbanos de Bilbo. Lo hizo entrando el Ayuntamiento en el sistema foral.
A.G. | BILBO
El diputado foral de Medio Ambiente, Josu Madariaga, y el concejal bilbaino de Obras y Servicios, José Luis Sabas, rubricaron ayer un convenio por el que el Ayuntamiento de la capital se suma al sistema integral de gestión de los residuos sólidos urbanos de la Diputación. Tal y como se avanzó al inicio de la legislatura desde los opositores a la incineración, el PNV mueve ficha con el argumento de que así la basura de Bilbo recibirá un tratamiento «adecuado» que evitará depositarla directamente al vertedero de Artigas sin aprovechar sus componentes, aunque al final, según la izquierda abertzale, comienza a abrirse la puerta a Zabalgarbi.
El acuerdo se hace público a escasos meses de las elecciones municipales y cuando el PNV da por amortizado su pacto con EB, que contemplaba que las basuras del Botxo no se quemarían en la planta de Zabalgarbi. En la presentación pública de ayer, no hubo referencia expresa a la incineradora o a la eufemística «valoración energética», dedicándose Madariaga a explicar que existen sistemas mecánicos que permiten separar los diversos materiales y la fracción orgánica que queda «será fermentada artificialmente», de modo que se reducirá la cantidad de basura que se deposita en Artigas.
Tal y como ha ido informando periódicamente el titular de Medio Ambiente, la planta de compostaje -que tratará a partir de enero la fracción orgánica procedente de las podas y jardinería de todo Bizkaia, para luego hacerlo con los desechos del Mercado de la Ribera y MercaBilbao- y la de tratamiento mecánico biológico -cuyas obras comenzaron en noviembre- son los puntales del sistema foral, que tiene en la cercana incineradora su último eslabón, aunque ahora se oculte.
Fruto del convenio, Bilbo será el primer municipio vizcaino en el que se implantará el contenedor destinado a la fracción orgánica. Como experiencia piloto, en enero, en Deustua se emplazarán 50 depósitos con llave para algunos voluntarios para analizar la respuesta ciudadana y, a continuación, se extenderá al resto de la villa.
«La separación de la materia orgánica sobre el resto de residuos se debe, fundamentalmente, a que aporta mucha humedad a la materia a incinerar y baja capacidad calorífica, con lo cual el vecino, por medio del quinto contenedor, vamos a hacer la labor más dura, separar lo que vale para quemar de lo que da poca combustión», denunció el electo independentista Borja Sarrionandia.
La Diputación dará a conocer en los próximos días las tarifas que regirán en el tramo vizcaino de la AP-8, y que se avanza que serán «inferiores» que los actuales. Para conocer los de la Supersur habrá aún que esperar.
Más de un mes ha tardado la diputada foral de Transportes y Urbanismo, Itziar Garamendi, en dar explicaciones en las Juntas Generales al polémico rescate de la concesión de los Túneles de Artxanda.
La izquierda abertzale denuncia que la planta de compostaje y la de tratamiento mecánico biológico se emplazan muy cerca de la incineradora de Zabalgarbi, por lo que el convenio oculta la última intención del convenio firmado.