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La canciller Angela Merkel, ante el objetivo de evitar el inicio del final de su era

La subida de los Verdes en las encuestas de opinión siguen modificando el panorama político de Alemania. La ruptura en Hamburgo de la alianza que tenían con la CDU derivará en elecciones anticipadas, que podrían suponer el inicio del fin en la era de Angela Merkel.
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Ingo NIEBEL |

Una retirada a tiempo puede ser una victoria. Siguiendo esta máxima, pero sin tener el triunfo seguro, el partido verde de Hamburgo, la Lista Alternativa Verde (GAL, en alemán) decidió recientemente romper la coalición con su socio mayoritario, la Unión Demócrata Cristiana (CDU). La consecuencia será la celebración de elecciones anticipadas en febrero, que a su vez podrían marcar el inicio del final del Gobierno federal de la canciller, Angela Merkel.

La razón esgrimida por los Verdes para dar por terminado su primer bipartito con la derecha a nivel regional eran las disputas con la CDU, que se hicieron más constantes y patentes desde el pasado verano, cuando el artífice de la coalición, el alcalde gobernador de la ciudad-estado, Olevon Beust, decidió tirar la toalla y retirarse al ámbito privado a vivir su vida con su compañero sentimental.

Sin embargo, los desencuentros entre la GAL y la CDU sirven, como mucho, de pretexto porque la decisión tomada por los ecologistas se da en un momento en el que los sondeos sitúan a los Verdes por encima del 20%. La idiosincrasia política de Hamburgo evitará, al menos de momento, que la formación pueda obtener este resultado en los siguientes comicios, pero por lo menos se colocará por encima del 10%. De esta forma, tendría votos suficientes para formar un nuevo Ejecutivo con el Partido Socialdemócrata (SPD).

La secretaria general del SPD, Andrea Nahles, habla ahora de un «excelente punto de salida» y marca como objetivo la obtención de «más del 40%» de los votos. La meta suena un tanto ilusoria porque a nivel nacional empataron los verdes. Además, en los estados federales de Berlín y BadenWürttemberg, el SPD de Sigmar Gabriel ha quedado por detrás de los ecologistas, lo que ha llevado a un agrio debate interno sobre el presidente y su estrategia.

La discusión ha quedado zanjada después de la ruptura del bipartito de Hamburgo.

Cuenta atrás

Lo que supone un alivio para el SPD es una carga para Merkel porque le obliga a cambiar de táctica. La GAL, o aquellos que le han recomendado dar este paso, han acelerado también la cuenta atrás de la canciller, que hasta ahora calculaba que le quedaría tiempo hasta marzo para ganar las elecciones de Baden Württemberg.

Tanto los medios de comunicación como sus críticos dentro de la CDU han vinculado la supervivencia de su Ejecutivo al resultado electoral en este feudo de la derecha democrática. A ello hay que sumar el hecho de que el socio de Merkel a nivel nacional, el Partido Liberal (FDP) de su vicepresidente y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, haya bajado al 5% menos equis. Sería un milagro si en Hamburgo, en estas condiciones bastante hostiles, superara este decisivo límite para poder entrar en el hemiciclo regional.

Los ocurrido en Hamburgo tampoco le viene muy bien al partido Die Linke, ya que los Verdes han lanzado cierto mensaje «izquierdista» para recuperar a aquellos votantes que se habían ido a la siniestra. Además, la formación socialista se encuentra aún inmersa en un debate sobre su programa de partido y han sido los Verdes los que han sabido sacar el mayor provecho de las protestas contra los transportes nucleares y la macroestación subterránea de Stuttgart. A orillas del Alster, el Linke ha de mostrar que sigue siendo un punto de referencia alternativo en el oeste alemán.

La dimensión nacional de lo sucedido en Hamburgo es más comprensible aún si se tiene en cuenta que en medio de la nueva crisis económica de Europa ha surgido entre las fuerzas dominantes un debate sobre el futuro papel político y económico de Alemania en el seno del Viejo Continente.

HAMBURGO

La ruptura del bipartito entre los Verdes y la CDU en Hamburgo podría derivar en elecciones anticipadas, y no se descarta que los Verdes, junto al SPD, se hagan con el Gobierno en detrimento de la CDU de Angela Merkel.

IZQUIERDA

Lo sucedido en Hamburgo no le viene muy bien al Die Linke, ya que los Verdes han conseguido arañarle parte del electorado al sacar provecho de las protestas contra los transportes nucleares.

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