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Injuriar a las víctimas no siempre es grave

Han transcurrido más de seis meses desde que unos desconocidos rompieron en el centro de salud de Oiartzun una placa en memoria de Esteban Muruetagoiena, médico médico fallecido en 1982 tras pasar por dependencias de la Guardia Civil. Casi un mes después del ataque, el consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, dijo que «al parecer» un agente de la Ertzaintza participó en esa acción y que, si la acusación se confirmaba, se le abriría un expediente. Esta semana el consejero ha afirmado que «parece» que el autor del destrozo de la placa fue un ertzaina y que aún se está redactando el pliego de cargos y la propuesta de castigo por una falta muy grave.

En un lugar como Euskal Herria llama especialmente la atención la calma con la que una administración realiza unas diligencias para aclarar un hecho en el que está implicado un servidor de la misma. Llama la atención porque resulta inevitable comparar esa calma con la celeridad con la que en otros casos decenas de ciudadanos son conducidos a la Audiencia Nacional española. Asimismo, resulta llamativo que, en opinión del consejero de Interior, la gravedad de la acción no radique en la destrucción del monolito, sino en el hecho de que el agente actuara por su cuenta. Esa actitud va más allá del agravio comparativo e incluso del cinismo, cuando ese consejero y su partido, en su afán instrumentalizador de ciertas víctimas, han construido en torno a las mismas todo un repertorio de actitudes que consideran delictivas. El informe presentado por el Gobierno de Patxi López en el Parlamento de Gasteiz el pasado 1 de diciembre no recogía ningún listado de víctimas de la violencia estatal, pero sí lo recogía el del anterior Ejecutivo, y en él aparecía Esteban Muruetagoiena. En cualquier caso, el ataque a su memoria no le merece ningún juicio moral a Ares. Ni moral ni penal, de momento.

La impunidad garantizada por diferentes gobiernos no es algo perteneciente al del pasado, sino una tendencia que quien tiene el deber de combatir en algunos casos se preocupa de que siga vigente.

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