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«La escalada en el Mt. Edgar fue extremadamente comprometida»

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Kyle Dempster

Alpinista

¿Con qué idea fueron a esa zona? ¿Querían explorar?

Nuestra idea, como la mayoría de mis expediciones, es explorar una nueva área y tantear varias posibilidades de líneas que se puedan subir. Una vez allí tomamos la decisión de qué escalar; eso sí, tras examinar las condiciones. En este viaje particular queríamos escalar por los couloirs de la cara oeste del Grosvenor y algo en el Edgar. Teníamos la esperanza de explorar la vertiente suroeste de Minya Konka, pero fue en vano ya que después del Edgar no pudimos ir hacia allí.

Se trata de un territorio no demasiado conocido para el gran público. ¿Puede describirnos ese área?

La cordillera de Minya Konka es una cadena montañosa muy pequeña (aproximadamente del tamaño del Gran Teton aquí en los EE.UU.). La cara oeste (Grosvenor) recibe el clima de la meseta tibetana, y, por lo tanto, es muy frío y seco. El campamento base de este lado se encontraba a 4.300 metros. El lado oriental (Edgar) es mucho menor en altura y muy húmedo en su parte baja. Nuestra aproximación comenzó a 1.700 metros. La escalada, tanto en la vertiente este como en la oeste, era completamente diferente; fueron como dos expediciones en la misma zona drásticamente diferentes.

¿Cómo define cada una de las nuevas rutas abiertas en el Grosvenor y el Edgar?¿Qué destacaría de cada una?

Son completamente diferentes. A pesar de que las cumbres son casi iguales en altura (Grosvenor 6.376 m y Edgar 6.618 m), el Grosvenor nos llevó 23 horas de ida y vuelta desde nuestro campo base y el Edgar ocho días. La escalada en ambos picos fue técnica, pero mucho más en el Edgar. Para mí fue increíble escalar la ruta del Grosvenor en un estilo tan rápido. Y en el Edgar nos encontramos peligros objetivos muy grandes y un terreno muy técnico, que era a la vez aterrador y extremadamente laborioso.

¿Qué le ha aportado esta expedición con esas dos nuevas rutas escaladas?

El Grosvenor me ha enseñado que soy capaz de subir muy rápido sobre terreno técnicamente moderado. El Edgar que no quiero escalar en peligros objetivos serios en el futuro, y ser más emocionalmente presente cuando escalo en zonas peligrosas. Todo ello me dio la experiencia en un terreno que nunca quisiera subir de nuevo. Me enseñó que las llamadas de la muerte más cercanas son a menudo aquellas de las que no somos conscientes. En conjunto, ambas rutas me han dado confianza en picos de 6.000 metros, y ahora me siento listo para subir uno de 7.000 metros.

El año pasado, junto a Jed Brown, se llevaron uno de los Piolet d'Or por la actividad que realizaron en el Xuelian. ¿Estas últimas tienen alguna semejanza?

Sí y no. Sí, en el sentido de que fuimos a una área inexplorada y porque escalamos nuevas, grandes y duras rutas. Y no, en el sentido de que la escalada en la cordillera de Minya Konka es mucho más peligrosa, no tan divertida y extremadamente comprometida.

Exploración, estilo alpino, ligero... Son algunas características de vuestro trabajo. ¿Ése es el camino correcto? ¿Cuál es su opinión sobre el alpinismo actual?

Sí, por supuesto. Ligero, puro, respetuoso y espiritual en las montañas; así y siempre. El alpinismo de hoy en día es maravilloso. Hay muchos que escalan con mucho compromiso y en montañas muy remotas. Algunos escalan muy diferente a mí, y está bien. La única vez que se convierte en un problema es cuando se escala por razones distintas a su propia decisión. Si se siente la presión de fuentes externas entonces se convierte en un problema y, a veces, esto puede ser desastroso; basta con ver lo que sucedió en el Edgar el pasado mes de mayo con tres estadounidenses. A. ARABAOLAZA

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