La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, señaló ayer que el problema de la zona del euro no es su moneda, sino una divergencia «excesiva» entre sus estados miembros y su falta de disciplina interna.

En una entrevista emitida por la cadena iTélé y difundida por Efe, Lagarde consideró que este año se ha tomado conciencia de que no se cuestiona el euro, que ha mantenido su valor, sino «el factor de variación que se ha tolerado de manera excesiva, laxista, dentro de la zona». Por eso, defendió desarrollar un «mecanismo de asistencia, no de solidaridad» con los países en dificultades, basado en «el principio de condicionalidad» de las ayudas para que cada uno se aplique a sanear los aspectos en los que se manifiesten las debilidades.