El 52% de los créditos morosos que lastran los balances de las entidades financieras proviene de las actividades inmobiliarias, que en el tercer trimestre del año volvieron a marcar un máximo histórico, con una mora del 11,7%, según datos del Banco de España recogidos por la agencia Europa Press.

Los promotores, según este informe, acumulan en el Estado español 37.707 millones de euros en créditos dudosos, frente a los 28.315 millones de hace un año, cuando la mora era del 8,7%, tres puntos porcentuales inferior. Además, esta tasa se ha duplicado en los últimos dos años. Los bancos son los principales perjudicados, con una morosidad relacionada con la promoción inmobiliaria del 12,6%, por delante de las cajas (11,2%), las cooperativas de crédito (9,6%) y los Establecimientos Financieros de Crédito (4,4%).

Además, la tasa de morosidad de los promotores inmobiliarios se incrementó en el caso de los bancos, con respecto a la del tercer trimestre del año pasado, en 4,5 puntos porcentuales, frente a los alrededor de dos puntos porcentuales sobre las cajas y cooperativas.

La construcción sigue tocada

Estos datos están en línea con un sector, el de la actividad inmobiliaria, que no acaba de ver la luz al final del túnel en el Estado español.

Según los últimos datos del Ministerio de Fomento, difundidos ayer por Europa Press, las viviendas libres iniciadas en el tercer trimestre descendieron un 19,8% en tasa interanual, con un total de 13.377 inmuebles, un 25,2% menos respecto al trimestre anterior.

En los doce últimos meses se iniciaron 69.194 viviendas, un 31,2% menos que en los doce meses anteriores y se terminaron 246.331 inmuebles (-33,9%).

En paralelo, la venta de viviendas cayó un 48,3% en el mismo periodo respecto al trimestre anterior, cuando aumentó un 43%, según la estadística de transacciones inmobiliarias del Ministerio dirigido por José Blanco. Concretamente, en el conjunto del Estado se vendieron 79.233 viviendas entre julio y setiembre de este año, lo que en tasa interanual representa una caída del 26,3%, el mayor descenso desde el segundo trimestre de 2009. Una caída a la que tampoco es ajeno el mercado inmobiliario vasco, que también ha estado de capa caída en 2010.