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Nekane Garmendia(*), Ezker Soberanista Eraikitzen

Por una nueva mayoría por la paz, la independencia y la transformación social

Transformación no sustitución: Nuestro deseo es cambiar el juego y llegar a movilizar una mayoría social que democráticamente proclame la República Soberana Proceso democrático y participativo: hay una masa social muy importante que puede ilusionarse por un proyecto de transformación social

La aceleración de los cambios políticos producidos por la adopción de una estrategia unilateral por parte de varias organizaciones de izquierdas soberanistas e independentistas, está dando paso a la apertura de un proceso muy original y esperanzador para el fin del enfrentamiento armado en Euskal Herria.

El Estado español, con la ayuda del francés, estaban y están interesados en una cronificación de la violencia política. Los diversos intentos fallidos de solución dialogada han evidenciado que solo desde una decisión irreversible, unilateral y blindada ante los ataques judiciales, políticos y policiales, se puede desatascar el nudo gordiano para una paz justa y permanente.

La imagen de una Euskal Herria en la que se pueda ejercer la actividad socio-política sin riesgos para la integridad física, sin riesgos de ser extorsionados por una fianza judicial o una organización armada y en un marco con garantías de igualdad ante la ley y protección de todos los derechos, está ya produciendo un pequeño primer terremoto entre las fuerzas políticas y sociales del país. Un ejemplo reciente son los reiterados llamamientos de figuras destacadas del PP y el PSOE para incluir al PNV en una especie de bloque, llamado por ellos «democrático».

Ello reitera que el fin del ciclo de enfrentamiento armado multilateral sólo podemos confiar en los sectores de lealtad nacional vasca situados en el espectro de izquierdas, progresista y alternativo. También a la hora de articular un conglomerado de organizaciones político-sociales para el salto a la soberanía.

La gestión y las recetas ante la crisis sistémica del modelo neoliberal, por otro lado, nos sitúan así mismo ante un panorama que refrenda la apuesta jeltzale, acentuada desde la jubilación de Ibarretxe, que coloca al PNV junto al Frente Sistémico. PP-PSOE-UPN.

Transformación no sustitución: así las cosas, en el movimiento independentista se ha producido un relevo histórico. La propuesta jeltzale, su imaginario, su praxis diaria con o sin mayoría (como CIU), no se corresponden con los deseos ni el perfil de la mayoría de independentistas de la Euskal Herria de hoy.

Los independentistas y soberanistas no podemos entender, ni perdonar que el PNV haya renunciado al cambio del marco jurídico-político para Euskal Herria, eligiendo sobre la lealtad nacional, la lealtad corporativa y de clase.

Al contrario que los Urkullu y los Ortuzar proclaman, la intención del independentismo progresista y de izquierdas no es sustituir al PNV. No tenemos la mínima intención de ser el sustituto para pasar a ser «el representante de los intereses vascos en Madrid», en un juego de cambio de cromos y prebendas. Nuestro deseo es cambiar de juego y llegar a movilizar a una mayoría social que democráticamente proclame la República Soberana y transforme el sistema productivo, laboral, social, cultural y económico.

No siendo previsible ningún tipo de escisión, ni el cambio de lealtades de lo corporativo a lo nacional en ninguno de los sectores del PNV, la única vía probable es articular social y políticamente todo el espacio a la izquierda del partido de Arana y conseguir que también electoralmente este espacio sea el que obtenga mayor representación institucional en Euskal Herria.

Proceso democrático y participativo: como en el resto de países del entorno donde existe un régimen de democracia parlamentaria de baja intensidad, en Euskal Herria también la actual representación institucional no se corresponde con la realidad sociológica. Más allá del pucherazo españolista que ha construido un parlamento falsificado, algunos fenómenos como el «no» a la OTAN, la insumisión al servicio militar, la tasa de sindicación... nos indican también que hay una masa social muy importante que puede ilusionarse por un proyecto de transformación social que reivindique con nitidez la exigencia de la soberanía nacional de Euskal Herria.

La creación de espacios participativos de democracia directa está relacionada con la posibilidad de activar una masa social crítica al sistema autonómico y capitalista, patrocinado por el Frente Sistémico.

La articulación de este espacio plural, necesita de confianza en nuestras fuerzas, de lealtad en la relaciones y de la refundación de las organizaciones políticas, sindicales y sociales para adecuarlas a las nuevas formas de activismo socio-político en un marco de transparencia, democracia participativa interna y externa, compromiso y confrontación pacífica basada en la reivindicación radical de todos los derechos humanos individuales y colectivos.

(*) Firman también este artículo, Pedro Mari Olaeta (EA), Jorge Segoviano (Alternatiba), Raul Arkaia (Euskaria), Ion Andoni del Amo (Iraulikidea) y Patxi Azparren (ex secretario de la Mesa de Malzaga).

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