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Un escenario de total impunidad

La Audiencia Provincial de Gipuzkoa emitió ayer una sentencia que condena a la Guardia Civil por «torturas graves» a los lesakarras Igor Portu y Mattin Sarasola. La lectura de la sentencia arroja conclusiones clarificadoras: los guardias civiles construyeron «un escenario de total impunidad» para torturar y mintieron al tribunal en sus declaraciones. Por otra parte, concurren dos hirientes paradojas judiciales. A saber: los dos lesakarras ya han sido condenados por la Audiencia Nacional en base a declaraciones arrancadas con torturas, lo cual certifica un sistema de impunidad que en el marco de una justicia equilibrada y garantista sería escandaloso. A su vez, el mismo juez que ayer dictó sentencia archivó -25 años después de los hechos- el conocido como «caso Zabalza»; una muerte que conmocionó al país, cuando estaba a manos de guardias civiles del mismo cuartel y modus operandi, que todavía permanece impune.

Políticos como Rubalcaba, que atribuyó las lesiones de Portu y Sarasola a la supuesta «resistencia al arresto» y las denuncias de tortura como un «uso del manual de ETA», o como Zapatero, que afirmó que «siempre hay que creer a la Guardia Civil», han quedado retratados. Y también sus responsabilidades en el ejercicio cínico de un poder que no tiene otro fin que blindar una práctica como la tortura, que en Euskal Herria es endémica y sistemática, trasciende coyunturas y generaciones. Y que en la política española es, a la vez, un tabú y un talismán. Un tabú sobre el cual se construye el secreto de Estado, pero se toma como talismán al creer en su extraordinario poder para hacer política contra el independentismo vasco.

Por encima de los silencios de políticos y medios, tan reveladores como el anonimato de los captores, las grabaciones inexistentes o la opacidad de la incomunicación, que la Guardia Civil tortura y que ésta se usa para hacer política es una certeza socialmente mayoritaria en el país. Transformar esa certeza en fuerza organizada y determinante erradicará la tortura, algo que no harán los tribunales. El país ya está en marcha en esa dirección.

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