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Los tribunales estudian si la muerte de Michael Jackson fue un suicidio o un homicidio

Dieciocho meses después de la muerte de Michael Jackson por una sobredosis, la corte de California decide la suerte de su médico, acusado de homicidio involuntario. Su defensa habla de suicidio.

Romain RAYNALDY-AFP | LOS ÁNGELES

El 25 de junio de 2009, el «rey del pop» falleció a los 50 años de edad en su mansión de Los Ángeles a causa de una sobredosis de medicamentos. La autopsia reveló que la muerte fue causada por el propofol, un anestésico muy potente usado en los hospitales, que el cantante usaba como somnífero. En febrero de 2010, el fiscal de distrito de Los Ángeles decidió procesar al último médico de la estrella del pop, Conrad Murray, y acusarle de homicidio involuntario.

La última persona que vio en vida a Michael Jackson fue Conrad Murray y de inmediato se le situó en el centro de la investigación de su muerte. El médico siempre ha reconocido que ese día administró propofol al cantante de «Thriller», pero también aseguró que había tratado de desenganchar al cantante con otros medicamentos, pero que a instancias del propio Jackson finalmente le inyectó el medicamento que lo mató.

Las vistas preliminares, en las que el juez Michael Pastor decidirá si hay suficientes pruebas para acusar a Conrad Murray, arrancaron ayer en la Corte Superior de Los Ángeles. Según la acusación, la defensa del médico sostendrá que el músico se suicidó, al despertarse e inyectarse él mismo una dosis suplementaria de propofol en ausencia del médico. «Creo que la defensa va a tomar esa dirección, aunque no lo reconozca», afirmó el fiscal adjunto David Walgren. Un abogado de la defensa, Joseph Low IV, se negó a comentar estas informaciones, aunque apuntó que «no puedo creer que, en un caso como éste, el fiscal no sea capaz de presentar las pruebas necesarias para fundamentar sus acusaciones», dijo.

Caso mediático

Las vistas preliminares suelen ser en principio muy técnicas y no se suele llamar a muchos testigos. Pero el «caso Jackson», tan extraordinario como su protagonista, requiere un juicio a la altura de la pérdida que han sufrido miles de fans. Según «Los Angeles Times», ambas partes han convocado del orden de 35 testigos. Durante dos semanas desfilarán ante el tribunal expertos judiciales y médicos, investigadores, familiares de Michael Jackson, sus guardaespaldas y su personal de servicio doméstico.

Independientemente de este procedimiento, Conrad Murray ha sido también acusado por el padre del músico, Joe Jackson, quien dice que el médico fue negligente porque pasó 47 minutos en el teléfono, mientras Michael Jackson moría en su habitación. El patriarca, polémico en vida de su hijo y más ahora que este ha desaparecido, exige una indemnización de una cantidad no especificada a la farmacia de Las Vegas (Nevada) donde se compró la dosis de propofol.

Un cardiólogo acusado de matar a una estrella

El doctor Conrad Murray es un cardiólogo con experiencia, al que el cantante contrató para supervisar su preparación física antes de su vuelta a escena. De 57 años de edad, nacido en las Antillas, hasta estos hechos su trayectoria era irreprochable. En mayo de 2009, según «Los Angeles Times», fue contratado por el rey del pop por 150.00o dólares mensuales. Documentos judiciales apuntan que su situación económica no era muy buena, porque no podría hacer frente a los pagos de su lujosa casa de Las Vegas ni a la pensión alimenticia de sus hijos. Sus deudas serían de más de 750.000 dólares R.R.

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