Los piensos contaminados de las granjas alemanas se extienden por europa
La contaminación de huevos en granjas alemanas, a causa de la utilización de piensos con dioxinas en la alimentación de animales, se ha extendido a otros países europeos a través de diversos productos elaborados. En Alemania se clausuraron la semana pasada 4.700 granjas, aunque ayer 3.000 fueron reabiertas.GARA
La contaminación por dioxinas a través de piensos animales, que ha obligado al cierre de 4.700 granjas en Alemania, alcanza ya a varios países europeos, entre ellos Gran Bretaña, Holanda y Eslovaquia, mientras la Comisión Europea estudia medidas para evitar las grasas no comestibles en los alimentos. Ayer las autoridades alemanas informaron de la reapertura de 3.000 granjas. Asimismo, el sábado confirmaron que los primeros análisis de gallinas ponedoras que comieron piensos con dioxinas mostraron tasas de esta sustancia 2,5 veces por encima de lo permitido.
Fuentes del Ministerio alemán de Agricultura señalaron la semana pasada que fueron un total de 4.700 explotaciones avícolas y porcinas las que fueron clausuradas por alimentar a sus animales con piensos contaminados con dioxinas.
Las mismas fuentes destacaron que en la mayoría de los casos se trata de granjas porcinas, a las que se prohibió sacrificar a los animales y comercializar su carne hasta que se certifique que su consumo resulta absolutamente inocuo. La gran mayoría de las granjas clausuradas, 4.468, se encuentran ubicadas en el norteño estado federado de Baja Sajonia, que adquirieron piensos contaminados originalmente por el fabricante Harles & Jentzsch, el cual utilizó presumiblemente aceites industriales no destinados al consumo animal o humano.
El gerente de esta empresa, Siegfried Sievert, atribuyó a la «ingenuidad» de su compañía el hecho de haber utilizado gasas industriales en la creencia de que eran adecuadas para la producción de piensos.
El Ministerio de Agricultura del estado de Schleswig Holstein (norte de Alemania) detalló que, según los resultados de los análisis, las grasas usadas por esta empresa tenían en nueve de cada diez casos una proporción de dioxinas hasta 78 veces el nivel permitido.
Lo sabían en marzo
El Ministerio de Agricultura local aseguró que los productos de Harles & Jentzsch contenían ya en marzo de 2010 elevadas proporciones de dioxina, superiores a las permitidas, aunque la empresa no hizo públicos los análisis.
Los productos de otra fábrica en Bösel (Baja Sajonia), asociada a Harles & Jentzsch, también mostrarían niveles superiores de dioxina a los tolerados.
La sede de Harles & Jentzsch fue tomada el miércoles por policías que se incautaron de numerosa documentación. El presidente de la federación alemana de Agricultores y Ganaderos, Gerd Sonnleitner, ha cifrado entre 40 y 60 millones de euros las pérdidas semanales de los ganaderos afectados por el cierre de sus factorías.
El problema no se circunscribe a Alemania y, así, en Holanda y el Gran Bretaña los huevos procedentes de animales alimentados con piensos contaminados con dioxinas en ese país podrían haber sido utilizados para la elaboración de distintos productos. En el caso británico se habrían usado para fabricar pasteles y quiches que se vendieron en supermercados, según la BBC.
Las autoridades holandesas comunicaron a Bruselas la semana pasada la detección de toxinas en dos partidas de unos 130.000 huevos en diciembre, que se usaron para la elaboración de otros productos, explicó el portavoz comunitario de Sanidad, Frédéric Vincent. Una parte de los huevos contaminados fue mezclada con otros productos fabricados en Holanda para elaborar compuestos alimenticios, que a su vez fueron exportados a Gran Bretaña, añadió Vincent, quien descartó que haya habido envíos de carne con toxinas a otros países.
Eslovaquia, por su parte, prohibió el viernes cautelarmente la importación de carne avícola y huevos procedentes de Alemania. Igualmente, Corea del Sur paralizó las importaciones alemanas, concretamente, el de los derivados del cerdo El Ministerio eslovaco de Agricultura y Desarrollo también decretó la inspección de tiendas y almacenes en todo el país. «Hasta que no se conozcan los resultados de los test de laboratorio que realizan institutos de diagnóstico eslovacos estos días, la venta de huevos y carne blanca procedente de Alemania se paraliza», se indicó en una nota.
No obstante, las autoridades sanitarias de Baja Sajonia, lugar desde el que partieron los miles de huevos alemanes contaminados y vendidos a Holanda, insisten en que «el consumo de estos productos no reviste peligro para la salud de los humanos».
La Comisión Europea (CE) ha anunciado que estudia medidas para que las industrias garanticen una mejor separación entre las grasas alimentarias y las no comestibles, con el fin de evitar que se repitan casos como el alemán. El portavoz comunitario de Sanidad explicó en rueda de prensa que la CE analiza este tipo de actuaciones con las asociaciones que representan a varias clases de industrias que procesan grasas.
Señaló que una idea es que las fábricas efectúen una separación «más estricta» entre la producción de grasas para fines alimentarios y no comestibles.
Los expertos de los veintisiete países comunitarios, representados en el Comité de la Cadena Alimentaria de la Unión Europea, analizarán los próximos días 11 y 12 los últimos datos sobre este problema de contaminación. GARA