Cuatro derrotas consecutivas alteran al más pintado, pero cuando suceden a una trayectoria como la que ha marcado la Real en los meses anteriores se pueden relativizar. Mucho. Más aún si el reflejo en la clasificación pasa por un colchón de nueve puntos respecto al descenso.

De ahí que los blanquiazules admitan sus ansias por acabar con la mala racha que está marcando el cambio de calendario, pero lo hagan desde la tranquilidad del margen que les ofrece la tabla. Joseba Llorente, como es habitual, es uno de los que más claro lo tiene y recuerda que, pese a haber encajado «derrotas que se han hecho duras, a principio de temporada todos habríamos firmado estar así». Es decir, en una situación que el hondarribiarra considera «privilegiada porque el descenso está a nueve puntos. Tenemos que pensar en positivo».

El jugador admite que los últimos tropiezos duelen, y esas derrotas «no son fáciles de digerir», sobre todo cuando se producen después de haber «competido de tú a tú y haber tenido, si no los tres, sí al menos un punto en el bolsillo». «Pero -añadió- también tenemos que ser conscientes de que, aunque en Zaragoza no hicimos un buen partido, hemos perdido contra el Barcelona, el Valencia, el Sevilla... Ya sabemos que hemos perdido cuatro partidos -insistió-, pero también sabemos que si ganamos el próximo partido podemos dejar el descenso a doce puntos».

El ariete destaca ese aspecto porque insiste en la necesidad de pensar «en positivo» y no dejarse llevar por la mala dinámica con todo lo que queda por delante. «Esto es una maratón. Hemos perdido cuatro partidos seguidos y ¿qué hacemos? ¿Bajamos los brazos? Tenemos que seguir adelante y pensar en el siguiente partido».

A medio plazo

Una cita que Llorente mira con optimismo. Reconoce que el Getafe, que aspira a repetir clasificación europea, «es un buen equipo, lo está demostrando todos los años». Pero cee que algo se puede sacar. «Es un campo en el que tampoco hay mucha presión ambiental, algo más frío...». La siguiente salida, a Villarreal, parece más complicada, pero el ariete confía en haber roto la mala racha para entonces.

Y tampoco evita echar un vistazo al calendario a medio plazo. Tras los dos desplazamientos consecutivos a escenarios complicados, «ya habrá pasado lo que parece que era más difícil» y la Real se encontrará con un tramo que le enfrentará a rivales como Almería, Osasuna y Mallorca, «a los que hay que meter mano. Ahí ya no podemos perdonar», aseguró.

Unas citas para las que la Real habrá tenido que solucionar «lo que hacemos mal», pero también potenciar «lo bueno, que también lo hacemos». La principal carencia a solucionar, o al menos la que parece haber pasado más factura en estas últimas jornadas, pasa por la concentración, que ni siquiera se puede perder en «momentos puntuales. Son noventa minutos y en un segundo que se te va la cabeza, te meten un gol. O un delantero como yo, falla una ocasión, que también la tuve el otro día. La concentración tiene que estar a tope durante los noventa minutos», subrayó.