Las causas de este accidente todavía no se habían aclarado a última hora de la tarde de ayer. Según informaron fuentes oficiales, el vehículo en el que viajaban cuatro personas, en sentido Hendaia, colisionó de lleno contra un camión que estaba parado en el arcén, en una zona que se encuentra en obras y en la que había un estrechamiento de la calzada.

No obstante, las mismas fuentes aclararon que el accidente se produjo en una zona que no estaba directamente afectada por los trabajos de acondicionamiento de la autopista. La velocidad máxima en ese punto está limitada a 110 km/h.

Nada más producirse el impacto, el coche en que viajaban estas cuatro personas comenzó a arder y, según los servicios sanitarios, sus ocupantes fallecieron prácticamente en el acto.

Al lugar del siniestro también acudieron bomberos, agentes de la Gerdarmería y expertos en identificación judicial que se trasladaron expresamente desde Pau. Durante la jornada de ayer no pudieron identificar a las víctimas, ya que quedaron carbonizadas, y su esfuerzo se centró sobre todo en conseguir muestras de ADN de los cuatro cuerpos.

La autopista quedó cortada en el lugar del accidente y el tráfico se desvió por Baiona, lo que provocó un gran colapso circulatorio en la ciudad y el cierre de sus dos entradas, tanto desde el sur como desde el norte.

Retenciones de 8 kilómetros

El cierre de la A-63 en sentido Hendaia se prolongó durante siete horas, y la salida obligatoria en Ondres generó retenciones de vehículos que alcanzaron los ocho kilómetros a primeras horas de la mañana.

A consecuencia del accidente y de los desvíos obligatorios, la circulación también resultó muy complicada en la RN-10 desde Baiona hasta Urruña.

Una gran grúa se trasladó hasta el lugar del accidente para ayudar a retirar el vehículo que se empotró contra el camión. Una vez realizada la operación, el tráfico hacia Hendaia pudo ser restablecido de forma parcial al mediodía, gracias a la apertura de un carril de la autopista A-63.