El médico de Michael Jackson deberá responder de su muerte ante la Justicia
Romain RAYNALDY-AFP | LOS ÁNGELES
El médico de Michael Jackson, acusado tanto de haber administrado el «rey del pop» los somníferos que le costaron la vida el 25 de junio de 2009 como no haberle proporcionado los cuidados necesarios cuando agonizaba, será juzgado bajo la acusación de homicidio involuntario.
Después de escuchar durante seis días de audiencias preliminares a una larga lista de testigos de cargo contra el doctor Conrad Murray, el juez Michael Pastor, de la Corte Superior de Los Ángeles, decidió que había pruebas suficientes para juzgarle. El médico será formalmente inculpado el día 25 de este mismo mes. Si es declarado culpable, se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión.
El juez Pastor, quien también suspendió la licencia del doctor Murray para ejercer la Medicina en California, tomó en consideración las recomendaciones de la oficina del fiscal de Los Ángeles, quien acusa al médico de ser culpable de homicidio por «abandono de su paciente» después de que le hubiera administrado propofol, un fuerte anestésico que el cantante utilizaba como ayuda para dormir. También apunta que la atención a la estrella, fallecida a los 50 años, estaba «muy lejos de los criterios requeridos».
Conrad Murray siempre ha admitido que administró el propofol al cantante el día de su muerte, pero a petición expresa de Michael Jackson.
Durante seis días, los testigos llamados a declarar por la fiscalía han establecido un retrato nada favorecedor del médico, al que han acusado de falso, incompetente y negligente. El pasado martes, Christopher Rogers, director médico del Instituto Forense de Los Ángeles, autor de la autopsia del «rey del pop», sostuvo que la muerte de Michael Jackson fue un homicidio. Explicó que, en su opinión, y en eso fue más duro que el fiscal, todo fue debido a la pésima atención que recibió de su médico. Interpelado por uno de los abogados, el médico explicó al juez que haría la misma acusación incluso su Michael Jackson se hubiera administrado él mismo los somníferos, como mantiene el acusado. «Basándome en la calidad de la atención recibida, siempre lo consideraría como un homicidio», contestó. La pasada semana varios testigos declararon que el médico, que pasó una hora y media al teléfono la mañana en la que murió el cantante, tardó en administrarle los primeros auxilios después de que incluso comprobase que había dejado de respirar.