A pesar de que la final de Copa de 2008 jugada en ese mismo pabellón supuso un duro revés para el club -fue el único título conseguido por Ricky & Rudy en la Penya-, el Joventut es uno de los visitantes más afables que se ha encontrado el Baskonia en Zurbano. El equipo catalán sumó ayer su decimosegunda derrota consecutiva en Liga en Gasteiz, algo que no es fruto de la casualidad. Y es que, el Baskonia es probablemente el equipo que mejor se amolda al habitual juego abierto y alegre que pregona el equipo de Badalona. El abanico de recursos suele ser el que decide este tipo de partidos y cuando dos descartes del equipo gasteiztarra como McDonald y English son los referentes de un rival que juega a anotar más que tú, muy mal lo has de hacer para no conseguir el triunfo.

En esta tesitura, el equipo de Ivanovic aprovechó la visita de los catalanes para, al margen de asegurarse el estar en la Copa como cabeza de serie, recuperar sensaciones que parecían olvidadas y tener, por fin, un partido sin contratiempos. En el plano individual, el choque también sirvió para repartir minutos y que Huertas y Teletovic engordaran sus números.

Como se preveía, el partido comenzó a toda velocidad, con los dos equipos corriendo todo lo que pudieron y lanzando casi todo lo que pasaba por sus manos. Dos ex baskonistas como Will McDonald y Carl English asumieron la responsabilidad por el bando visitante, mientras que Huertas y Teletovic -otros dos jugadores de rachas- hicieron lo propio por el bando local. Que el Joventut terminara el primer cuarto sin ser sancionado con una sola falta es el mejor indicador de la poca intensidad defensiva -Pepu Hernández recurrió muchas veces a la zona 3-2- de este primer cuarto que terminó con 20-18.

La duda de si Barac y Batista pueden jugar juntos se disipó positivamente al comienzo del segundo cuarto, en un intento de serenar el partido por parte de Dusko Ivanovic. Con sus dos postes, Ribas de base y Oleson y San Emeterio en cancha, el Baskonia le puso algo más de pausa al equipo, especialmente en defensa, lo que le permitió pegar un estirón en el marcador. Consiguiendo que la Penya estuviera casi cinco minutos sin anotar, los azulgranas tomaron una renta de en torno a diez puntos que se encargaron de mantener al descanso, por mucho de que las rotaciones no consiguieron mantener el rigor. A pesar de llegar a anotar siete triples en los dos primeros cuartos, el equipo abusó del tiro de tres, con 19 intentos -dos lanzamientos más que de dos-.

Reanudación fatal

La reanudación resultó fatal para el equipo verdinegro, no ya sólo porque los gasteiztarras mejoraron muy mucho sus porcentajes exteriores, sino principalmente porque a los tres minutos Norel, uno de sus jugadores interiores más sólidos, tuvo que abandonar la pista en camilla, tras sufrir una luxación de su rodilla izquierda en un intento de lanzamiento a canasta ante Stanko Barac en el que cayó desequilibrado.

El parón por el percance del jugador del Joventut frenó algo el ritmo que los baskonistas tuvieron en una muy buena salida de tercer cuarto, pero para entonces ya habían adquirido una renta de entorno a los 20 puntos que supieron mantener.