Brisbane escapa del desastre, pero se enfrenta a una reconstrucción «como tras una guerra»
Torsten BLACKWOOD (AFP) | BRISBANE
Brisbane, golpeada por las peores inundaciones desde hace décadas, ofrecía ayer un paisaje desolador, con 30.000 viviendas afectadas, mientras que al menos una persona falleció.
Las personas evacuadas de sus domicilios en los últimos días intentaban evaluar los daños, horas después de que las inundaciones alcanzasen su pico, ayer al amanecer.
Brisbane y sus dos millones de habitantes parecían haber escapado a lo peor, ya que el pico era menos elevado de lo que se temía inicialmente.
El nivel de la crecida en el río Brisbane, que atraviesa la ciudad, se estabilizó en los 4,46 metros ayer a las 5.15 [20.15 del miércoles en Euskal Herria].
Sin embargo, el relativo alivio estuvo teñido de descontento al constatar los daños producidos en los edificios históricos de la capital del estado de Queensland, al noreste de Australia. Se necesitará un esfuerzo de reconstrucción «dignos de una posguerra», declaró la primera ministra de Queensland, Anna Bligh.
«Hay barrios enteros en los que solo se ven los techos de las casas», señaló.