Marlaska deja en libertad a Urtiaga y Gesalaga es encarcelado en Muret
Itsaso Urtiaga, quien denunció ante el juez haber padecido presiones sicológicas durante el periodo de incomunicación, quedó ayer en libertad condicional, ya que Marlaska lo único que ha hallado en su contra es haber viajado en 2008 a Venezuela junto a Iraitz Gesalaga, su compañero sentimental. En cuanto al joven de Zarautz, ingresó en la prisión de Muret-Seysses sin haber sido trasladado a París. El lunes se celebrará en Pau la vista por la euroorden en su contra.GARA |
Después de permanecer durante tres días en manos de la Guardia Civil en régimen de incomunicación, el juez instructor Fernando Grande-Marlaska dejó ayer al mediodía en libertad a la joven zarauztarra Itsaso Urtiaga, al contar con las mismas pruebas en su contra que el día de su arresto: ser la compañera sentimental de Iraitz Gesalaga y viajar en 2008 a Venezuela. Por su parte, Gesalaga ni siquiera fue trasladado a París ante la jueza especial Laurence Le Vert, sino que ayer fue encarcelado en la cárcel de Muret, a la espera de que el lunes le notifiquen la euroorden emitida en su contra.
Marlaska, quien optó por prorrogar la incomunicación de Urtiaga hasta ayer, acordó la libertad provisional para la zarauztarra, con la obligación de comparecer ante el juzgado cada dos semanas y la prohibición de abandonar suelo español. Urtiaga denunció ante el juez haber sufrido «torturas sicológicas» durante la incomunicación.
Denuncia torturas sicológicas
Aunque mantiene la acusación contra Urtiaga sobre la posible «comisión bien de un delito de integración, bien de colaboración terrorista», del auto emitido ayer por Marlaska se desprende que la única prueba en su contra es la de haber viajado a Venezuela en 2008 junto a Gesalaga, en calidad de ser su compañera sentimental.
Sin embargo, el juez español mantiene la acusación contra Iraitz Gesalaga de guardar relación con ETA en tareas de informática. Así consta en el auto emitido ayer, en el que recoge cómo se desprende de información incautada en otros operativos policiales que el joven de Zarautz «en esos viajes -a Venezuela- se trasladó a la zona de la selva donde mantuvo encuentros con refugiados de ETA y miebros de las FARC a quienes impartió cursos sobre encriptación de archivos informáticos».
Aunque el operativo policial de Ziburu fue ordenado por la juez especial Laurence Le Vert, lo cierto es que el joven de Zarautz ni siquiera fue llevado a París, como suele ser habitual. Después de llevarlo ayer a Pau, fue encarcelado en la prisión de Muret Seysses a la espera de que el lunes le sea notificado la euroorden de Madrid en su contra.
Por su parte, el movimiento pro amnistía volvió a reiterarse en lo denunciado el martes: «la operación policial es pura propaganda que, cuatro días después, vemos cómo la operación se cae por su propio peso».
Además de informar de que Itsaso Urtiaga había denunciado ante el juez español haber padecido torturas sicológicas durante la incomunicación, también ofreció un dato hasta ahora desconocido: que Iraitz Gesalaga halló hace unas semanas un dispositivo de seguimiento en su coche, y que el día en el que fue arrestado iba a interponer una denuncia judicial.
Para el movimiento pro amnistía, ello demuestra que Gesalaga conocía el seguimiento de la Policía, y que aun así siguió haciendo una vida pública.
El movimiento pro amnistía informó ayer de que Iraitz Gesalaga halló en su coche un aparato de seguimiento. Pese a ello, siguió haciendo, como siempre, una vida pública. El día en el que fue arrestado iba a interponer una denuncia judicial.
Ayer, antes de conocer la puesta en libertad de Itsaso Urtiaga, sus familiares se personaron en la Subdelegación del Gobierno español en Donostia, arropados por agentes políticos, sindicales y sociales. Mediante un escrito registrado, exigieron al delegado la aplicación de medidas para prevenir las torturas. Ane Ituiño, de TAT, recordó que durante 2010 fueron arrestadas 83 personas por las FSE, 79 de ellas fueron incomunicadas y 63 denunciaron maltrato. Dijo que «en todos los arrestos guiados por Marlaska ha habido graves denuncias de tortura». Janire ARRONDO