Oihana Llorente Periodista
Sin perder el norte
Esta es la respuesta a la tregua de ETA, ésta es», gritaba Txelui Moreno mientras la Guardia Civil le arrebataba a su hijo Iker.
Una respuesta cuando menos provocativa, y es que en ella participaron todos los cuerpos policiales que están en activo en Euskal Herria, ofreciendo un escalofriante balance de trece ciudadanos vascos detenidos.
La preocupación y el terror ante la tortura estaban latentes en el rostro de Txelui Moreno. No era para menos. A su hijo le esperaban entonces cinco tediosos días de incomunicación.
Podía haber gritado e insultado a los agentes que, valiéndose de la fuerza y la oscuridad de la noche, se apoderaron de su hijo, o a los medios de comunicación que se agolpaban a la puerta del portal hambrientos de imágenes llenas de odio. Pero no lo hizo. La rabia y la impotencia que sentía en ese momento no lograron que perdiera el norte y gráficamente, con el Acuerdo de Gernika entre manos, pidió que se dé cumplimiento a los mínimos democráticos allí recogidos.
El emplazamiento a un alto el fuego era uno de los ocho puntos del Acuerdo de Gernika, el mismo que una semana antes aceptaba sobradamente la organización armada ETA. Para que se cumpla íntegramente, sin embargo, es el Estado español el que debe mover ficha.
No podemos ser ilusos y pensar que tarde o temprano se cumplirán nuestras aspiraciones. Debemos aferrarnos a la esperanza y a la confianza, manteniendo la calma y sabiendo encajar estos golpes que buscan hundir nuestra ilusión. Pero, sobre todo, debemos demandar estos mínimos democráticos día y noche, aunando la voz de todas y todos los que anhelan un nuevo ciclo.
El sábado tenemos una importante cita para ello. Iruñea será escenario de la protesta del Acuerdo de Gernika por las últimas detenciones de jóvenes vascos y exigirá la libertad de los mismos. Pero el camino no acaba ahí, tenemos que trabajar codo con codo hasta que las demandas se conviertan en realidad.