Al menos 50 personas murieron ayer en varios atentados en Irak, incluidos dos ataques suicidas cerca de Kerbala, al sur de Bagdad, a donde planean desplazarse millones de personas para una importante celebración chií prevista el martes, la Arbainiya.

Tras un período de relativa calma, tras un acuerdo de reparto del poder entre diferentes grupos políticos, los atentados se han intensificado de nuevo desde hace cuatro días, tomando principalmente como blanco a peregrinos chiíes y miembros de las fuerzas de seguridad.

Este repunte de los atentados lleva a pensar una vez más que el Ejército iraquí, formado por las fuerzas lideradas por EEUU que invadieron Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein, tal vez sea incapaz de controlar el país tras la retirada prevista de las fuerzas estadounidenses dentro de menos de un año.

Los ataques que más víctimas mortales causaron ayer fueron dos atentados suicidas que tuvieron lugar en los alrededores de Kerbala, donde están los mausoleos de los dos principales imanes del chiismo.

El primero se produjo hacia las 15 hora local, a 10 kilómetros al norte de la ciudad, cuando un kamikaze hizo explotar su vehículo; y el segundo ocurrió del mismo modo 20 minutos después, a 15 kilómetros al sur de esta urbe, informó Mohamed Hamid al-Musaui, jefe del consejo provincial.

El primer atentado causó la muerte de 20 personas y el segundo de 25, según un portavoz de un hospital de la ciudad. «Pero ha muerto más gente porque nos llegaron pedazos de cuerpos que todavía no hemos logrado identificar», agregó.

También ayer murieron dos policías y un periodista en otro atentado suicida contra la sede de la policía provincial en Baquba, al norte de Bagdad.