CRÓNICA | LA REACCIÓN DE LOS IMPUTADOS
«No tendría que haber nunca un solo caso más de persecución política»
Los ex cargos públicos imputados y ahora absueltos por el «caso Udalbiltza» efectuaron ayer en Bilbo una valoración de urgencia en la que, entre la alegría por su situación personal y la preocupación porque la persecución política sigue, reivindicaron la legimitidad para impulsar instituciones propias.
Agustín GOIKOETXEA
Tras el entrecortado desarrollo del juicio en Madrid, los ex alcaldes, ex concejales y trabajadores de Udalbiltza procesados por el juez Baltsar Garzón te- nían bien interiorizado que la única opción que le quedaba al tribunal presidido por el magistrado Javier Gómez Bermúdez era la absolución. Y así fue, aunque en las horas previas, cuando otros ciudadanos vascos permanecían detenidos en los calabozos policiales por orden de otro juez de la Audiencia Nacional en un nuevo acelerón represivo, la duda al respecto era comprensible y humana.
Sabían que la sentencia se iba a hacer pública ayer, y por ello se citaron en Bilbo para aguardar el fallo. Desde instancias judiciales se les informó de que sería comunicada en primera instancia a sus abogados. A la espera de noticias, buena parte de los procesados se reunieron en la Plaza Nueva, y allí constataron que una vez más los medios de comunicación supieron de la absolución antes que ellos. Primero de manera fugaz en un boletín radiofónico y luego en la web de GARA, de la que sus propios letrados y ellos mismos se bajaron la esperada sentencia.
Ya por la tarde, entre leves sonrisas apagadas entre otras cosas por el recuerdo de los arrestados por hacer política este mismo martes, comparecieron en un céntrico hotel para efectuar una valoración de urgencia.
Así lo dejó claro Loren Arkotxa, presidente de la primera institución nacional de Euskal Herria que el Estado español paralizó el 29 de abril del año 2003 con una operación jurídico-policial que les ha causado notable daño personal y ha frenado a Udalbiltza.
Tras las declaraciones más políticas, el ex alcalde de Ondarroa reconoció la alegría por la sentencia que habían conocido pocas horas antes. Lo ratificó su homóloga de Amoroto, Maribi Ugarteburu, que manifestó que «va acorde con ese cambio de escenario, con esa luz al final del túnel». Por ello saludó el fallo, pero apostilló que las detenciones y las persecuciones políticas no tienen cabida.
Los ocho años transcurridos, los trece encarcelados por el caso, los miles de euros en fianzas y el control asfixiante sobre los imputados ha dejado mella. «No tendría que pasar de nuevo tanto tiempo, castigo, sufrimiento. No tendría que haber nunca ningún caso más de persecución política», resaltó. «Estamos ante una nueva fase política -dijo-. Eso ya no lo niega nadie y quien lo niega es porque tiene miedo a esas soluciones».
Validez de Udalbiltza
Ugarteburu quiso dejar claro que Udalbiltza era y es «un instrumento para conseguir un escenario de paz y de democracia para este país y también para el desarrollo de este país como tal». Su reflexión fue más allá, al remarcar que sigue siendo «un instrumento necesario, legítimo y en un futuro también nosotros pensamos que puede ser viable, aparte de necesario».
La portavoz de los juzgados no se olvidó de criticar que la sentencia «no menciona para nada sobre cómo van a indemnizarnos» por el daño causado, recordando que el objetivo de la operación «fue impedir que Udalbiltza siguiera su labor pública e institucional, e impidió que en aquellas elecciones municipales de 2003 se respetara el sufragio universal. El Estado -reconoció la ex alcaldesa de Amoroto- ya consiguió en parte lo que quería».
De cara al futuro, señaló que «la legitimidad del trabajo realizado por Udalbiltza deja vía libre para, de una manera democrática, desarrollar todo tipo de instituciones tanto municipales, supramunicipales o nacional en Euskal Herria».
Ugarteburu tampoco se olvidó de citar que la resolución judicial deja bien claro que sólo hubo y hay una Udalbiltza, a pesar de que ayer mismo, antes y después de la comparecencia de los ex cargos públicos y trabajadores absueltos, se repetía que eran integrantes de «Udalbiltza-Kursaal».