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PSE y PP intentan dañar al PNV, y los jeltzales, a la comisión parlamentaria

Los casos de presunta corrupción de Araba, centrados en torno a un grupo de afiliados del PNV, se están convirtiendo en arma política arrojadiza en tiempo de precampaña. PSE y PP aprovechan las noticias sobre la trama de espionaje que salen tras el levantamiento del secreto de sumario y tratan de hacer ver que el PNV protege a los imputados. Entre tanto, los jeltzales intentan desacreditar a la comisión parlamentaria al no poder hacerlo con los tribunales.

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Iñaki IRIONDO |

Fuego cruzado con las tramas de supuesto cohecho y espionaje de Araba. Balacera de declaraciones, ruedas de prensa, escritos y notas en blogs. PSE y PP y sus diarios próximos con acceso a las confidencias sobre el sumario trabajan con el indisimulado deseo de desgastar al PNV. Los jeltzales, entre tanto, tienen la doble misión de tratar de desmarcarse de sus afiliados imputados, mientras en cierta medida los arropan con duras críticas comunes contra la comisión de investigación parlamentaria.

Estos casos estallaron a mediados de marzo pasado, tras una operación en la que fueron detenidas varias personas, entre ellas altos cargos del PNV alavés, imputados por delitos de cohecho, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. En julio tuvo un rebrote con los primeros datos sobre una supuesta trama de espionaje que implicaba también a ertzainas de la «Unidad Antiterrorista». En ese mes, Iñigo Urkullu pidió a los implicados que entregaran el carné del partido y se comenzó a gestar la creación de una comisión de investigación.

Durante ese periodo se produjeron diversas filtraciones sobre las actuaciones supuestamente delictivas de los imputados.

Comisión y sumario

La comisión de investigación parlamentaria se creo con la abstención de PNV y no empezó sus citaciones hasta enero. Los primeros imputados no acudieron al Parlamento alegando defectos de forma e indefensión. El PNV invitó formalmente a sus afiliados a responder positivamente a los llamamientos de la Cámara, pero al mismo tiempo criticaban la actuación de la Mesa de la comisión y daban por buenos los argumentos de los imputados. Los jeltzales siempre han entendido esta iniciativa parlamentaria como un ataque político contra su partido y de ahí esta labor de desgaste a su legitimidad.

Coincidiendo con el cruce de críticas entre partidos por el arranque de la comisión, se levantó el secreto de sumario de la supuesta trama de espionaje y diversos medios comenzaron a publicar informaciones que comprometían al PNV. Se observa intencionalidad en destacar unos aspectos y ocultar otros, y una cierta coincidencia en ir sacando cada día los mismos elementos de un sumario de miles de folios.

Apoyados en estas noticias, PSE y PP arremeten contra el PNV exigiendo la adopción de medidas disciplinarias. Entre tanto, Iñigo Urkullu sigue pidiendo a los implicados que entreguen el carné, sin obtener resultados.

Los imputados, por su parte, aprovechan las citaciones de la Cámara para cargar contra la comisión parlamentaria, cuando las verdaderas acusaciones no han salido de ésta, sino de los tribunales. Al margen de las difíciles situaciones personales, en los ataques al Parlamento, arropados por el PNV, también se observa su intencionalidad política.

Telleria dice temer por su vida

Ayer acudió a la comisión el principal imputado en la supuesta trama de espionaje, Aitor Telleria. No respondió a preguntas y leyó un texto que lue- go entregó a los medios. En él, además de reiterar su inocencia, dice ser víctima de «una campaña orquestada» y denuncia que su vida ha sido «puesta en peligro» al relacionarle con «asuntos de espionaje» con los que no tiene «nada que ver». Añadió que «alguno o algunos» tendrán que responder si le ocurre algo a él o a alguien de su familia.

También Ainhoa Bilbao, administradora de una de las empresas implicadas y esposa de Alfredo de Miguel, optó por limitarse a declarar su inocencia y criticar a la comisión.

El presidente de la comisión explicó que allí sólo se investiga, que no se ha acusado a nadie de nada.

Urkullu pide investigar el espionaje a Ibarretxe que hizo un agente español que fichó Retolaza

El agente doble «Tarta» se está convirtiendo en un asiduo de las noticias sobre la supuesta trama de espionaje en la que aparece citado. Medios como «El Correo» utilizaron su declaración ante el juez para titular que «un exfuncionario de Interior declara al juez que el EBB dirigía la unidad antiterrorista». Y ayer, con la misma declaración judicial, «Deia» contraatacaba abriendo con un espectacular «`Yo espié a Ibarretxe para el CNI'».

El PNV cogía el relevo y el presidente del EBB hacía público que espera que el resto de partidos condenen el espionaje al que presuntamente fue sometido el lehendakari Ibarretxe, tal y como han condenado otros tipos de espionaje, porque «la gravedad de este hecho trasciende todo lo que hemos conocido hasta la fecha». Iñigo Urkullu añadió que «esperamos también que los partidos que han solapado la investigación judicial con la política en sede parlamentaria adopten ahora la misma actitud. Esperamos de ellos la misma diligencia, esperamos que agilicen el procedimiento, que creen, en el ámbito institucional que corresponda y con carácter de urgencia, una Comisión de Investigación, que habiliten las noches o los fines de semana».

Lo llamativo de todo es que «Tarta», un hombre que confiesa haber trabajado para los servicios militares españoles desde 1963, entró en Interior como hombre de confianza de histórico Luis María Retolaza, para montar la Ertzaintza. Y asegura que el difunto burukide «ya sabía de mis andanzas». Con la llegada de Juan María Atutxa fue apartado a Meteorología y luego «aparcado» en Presidencia hasta su jubilación, posición que aprovechó para «vigilar un poquito a Ibarretxe y compañía» e informar al CNI de lo averiguado. La pregunta que cabe hacerse es quién lo puso ahí y por qué si el PNV ya conocía sus antecedentes. I.I.

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