Uno nunca ha entendido el fichaje de Ifrán y la situación de Agirretxe. Es un sinsentido fichar a un jugador lesionado de larga duración en una apuesta personal de un entrenador que, como tal, tiene su puesto siempre sometido a los resultados que consigue a corto plazo. Tampoco ha entendido que se considere barato pagar 1,5 millones por un jugador lesionado cuyo nivel no ha sido contrastado y al que, antes de lesionarse, nadie había sacado de una Liga cuyo nivel es más comparable a la Segunda B que a la Segunda. Sobre todo es más peligrosa la apuesta en un jugador que se basa en su potencia física. Pero el mayor sinsentido es fichar a un quinto delantero para un equipo que, con un media punta como Zurutuza, sólo puede jugar con uno.

Se han lesionado Llorente y Tamudo. Ifrán, evidentemente, no ha debutado y Viguera no ha jugado de delantero. Pese a todo, Agirretxe sólo ha disfrutado de 29 minutos en la primera vuelta, en los que ha metido un gol, y ha sido uno de los descartes habituales en las convocatorias, a pesar de que su propio entrenador reconoce que se ha entrenado muy bien. En estas condiciones lo extraño fue que Agirretxe decidiera quedarse en enero. Y lo normal es que tras tres semanas sin convocar trasmitiera su deseo de irse cedido al Valladolid. Lo que no tiene ningún sentido es que la lesión de Ifrán cierre ahora la puerta a esa cesión.

Para ser el tercer delantero y entrar en las convocatorias por sanción o lesión de Llorente y Tamudo está Orbegozo en el Sanse. Agirretxe necesita jugar. Tiene talento y calidad para ser un delantero con mucho futuro en la Real y no puede pasarse un año sin competir porque los técnicos quieren cubrirse las espaldas. Sí es conveniente tener tres delanteros en la plantilla, pero el tercero no puede ser Agirretxe. Si con nueve puntos sobre el descenso y 23 años no se confía en él como primer recambio de Llorente, es preferible que salga para demostrar lo que no le dejan en casa. Y si se queda después de marearlo debería ser para jugar. Ahora no está mejor Tamudo y hay que priorizar al que más futuro tiene en el club.