Raimundo Fitero
El torero y el actor
Lloraba el torero de ojos azules. Lloraba, al parecer, sinceramente. Lloraba de rabia, de tensión. Y en sus llantos demostraba la propia miseria de la situación. Estaba en un plató, cobrando, para contar cosas de su vida, de sus conflictos con su familia, también toreros, para dejar claro que existen pobres y ricos, incluso en las dinastías taurinas, y de tanto chapotear en la disputa se rompió. Lloraba el torero que fue famoso televisivo en una isla. Lloraba el torero diciendo que se fue a la isla porque alguien le tapaba el camino en los carteles taurinos. Lloraba el torero y confesaba que había trabajado en el campo, de sol a sol, que tenía que llevar un sueldo para poder torear, que se enfrentaba a los toros más violentos en plazas de mala muerte para que le quedase muy poco dinero en limpio. Lloraba el torero.
A su alrededor los cuervos disfrutaban. Se producían silencios para que esas lágrimas captadas en primerísimo plano fuesen carnaza para las audiencias. Se mostraban compungidos, pero explotaban la situación, era el camino para alcanzar cuota de pantalla, share, audiencias. Lloraba el torero y alguien dijo en voz alta: «Hasta llorando es guapo». Lloraba el torero y su madre le consolaba.
El otro día un actor soltaba lastre, bilis, rencores viejos, neurosis variadas. Juanjo Puigcorbé acusa a Globomedia, a sus directivos, a medio mundo de su carrera profesional. Dice que lo vetan, pero no da ningún argumento para entender ese veto. ¿Podrá entender este actor que una productora elige al reparto según unos criterios artísticos, estratégicos, de calidad, versatilidad y conveniencia para el equilibrio de todo el equipo? Esa soberbia de acusar de boicot a alguien cuando no le contrata es una rabieta muy poco recomendable. E ir a la competencia a llorar es un acto de debilidad absoluta. Una actor debe hacer papeles, no ocupar asientos en programas del corazón. ¿Alguien recuerda el último éxito televisivo de Juanjo Puigcorbé? Nunca. La sospecha puede ser en sentido contrario: ¿por qué trabaja tanto en ciertos productos con productoras tan sesgadas y en cadenas tan berlusconianas?