CRÍTICA jazz

Venturoso norte

Javier ASPIAZU

El jazz no existe realmente hasta que se toca. Sólo cobra carta de identidad en el momento del directo, y sus resultados artísticos están mucho más ligados a la interacción y complicidad que se va estableciendo, noche a noche entre los músicos, que al material escrito de partida. Conviene recordar estos presupuestos básicos al apreciar la excitante música del conjunto liderado por el pianista catalán Roger Mas, “Northland adventures quartet”, un nuevo proyecto, todavía en rodaje, pero capaz de ofrecer ya, como sucedió en el club, una música intensa, gozosa, impredecible.

El grupo, compuesto por profesores de Musikene (Gonzalo Tejada al contrabajo, Jo Krause a la batería y el propio Roger Mas: toda una garantía de excelencia musical), se benefició además de la presencia de uno de los saxofonistas más entonados del momento, el gazteistarra Jon Robles, alternando su maestría al soprano y al tenor, instrumento este último en el que su sonido potente, perfectamente modelado, destaca sobremanera.

Al frente de este excepcional combo, Roger Mas interpretó, entre otros temas, los tres movimientos de su “Northland suite”, en los que acertó a traducir musicalmente las vivencias de estos últimos años como profesor en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco: las «tierras del Norte» que dan nombre a la composición y al grupo. El catalán ha alcanzado, ya como miembro del Víctor de Diego quartet o al frente de sus propias formaciones, la élite del piano jazz peninsular, y sus improvisaciones, vigorosas y originales, marcaron la línea a seguir en este convincente concierto al que Robles aportó también algún tema denso y emotivo, como el titulado “Vitoria”. Una estimulante propuesta que, sin duda, ganará todavía más enteros con el tiempo.