Raimundo Fitero
Caspa revisionista
Es fascinante ver a los partidos, o sus portavoces, haciendo crítica televisiva. Los chicos azules del PP han calificado la serie de TVE «La República» como «caspa revisionista». Ha estado sembrado el proveedor de frases de campaña. Es una calificación objetiva. Me subo al carro. Pero al revés que ellos. Por todo lo contrario. Por querer quedarse siempre en el quiero y no puedo. Bueno, dicen más los proveedores de frases: «Encaja perfectamente en un mitin del PSOE». No se lo creen ni ellos. ¿Quién habla de la República en estos días, en estos tiempos, en estas circunstancias? No, como mucho, hay algunas voces anti monárquicas, muy leves, insustanciales, anecdóticas, por asuntos sucesorios de estilo y demás, pero un movimiento real, es decir, un movimiento ciudadano, político, que acabe con la bicoca de los Borbones y agregados, adheridos y Juanjo Puigcorbé, no existe. O no se nota.
El actor en almoneda se está dando un baño de extrema derecha españolista y aparece de invitado en sus programas estrella. Ya tiene sitio para el futuro inmediato en alguna serie, tertulia o teletienda. Como tertuliano político junto al gran egiptólogo y especialista en política internacional, el cantante David Bisbal, harían una pareja ideal. El problema es dónde colocarlos. Quizás en ese programa de humor que se llama «Punto Pelota» y que se ofrece en una cadena que va subiendo en presencia en casi todas las franjas horarias, Intereconomía, lo que debe llevarnos a mantenernos alerta. O al menos que se sepa que existen unos cuantos cientos de miles de telespectadores que se cuecen en tantas mentiras y barbaridades, conceptos y amenazas absolutamente demenciales. Éstos sí que son caspa revisionista del franquismo.
Por disciplina intento revisar cada noche «Al rojo vivo» en La Sexta-2, y juro que hay momentos que es exactamente igual en asuntos tratados y en mensajes emitidos que las otras tertulias de la competencia teóricamente más inclinadas hacia la derecha españolista. Hasta son los mismos invitados, por lo que no se nota diferencia alguna, o es tan leve que se necesita ser muy crédulo. ¿Se han perdido o era ése el camino que querían seguir?