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El Museo Oteiza afronta 2011 «con austeridad», y apuesta por investigar

Pese a que la cifra de visitantes del museo de Jorge Oteiza en Altzuza apenas llega a la mitad de los que atraía Chillida-Leku antes de anunciar su cierre, el centro goza de salud económica gracias a los convenios con el Gobierno de Nafarroa. Aunque han recibido un 20% menos de fondos para este año, los proyectos de investigación, divulgación y docencia siguen adelante. El director de la Fundación confía en la calidad, y apuesta por colaborar con otros museos.
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Aritz INTXUSTA | ALTZUZA

Resulta difícil resistirse a la tentación de comparar a Chillida con Oteiza, y viceversa. El futuro de Chillida-Leku ha quedado ensombrecido por el fracaso del proyecto desde la iniciativa privada, que además llega en un momento complicado, después de un recorte del 5% de la partida que la CAV destina a Cultura. La caída en visitas conlleva unos menores ingresos, lo que implica menos capacidad de maniobra para mantener el museo de Eduardo Chillida lo suficientemente vivo como para renovar las exposiciones y conseguir que quien vaya, vuelva.

Las cifras del museo del artista donostiarra hablan por sí solas. En 2008 y 2009, el número de personas que atrajo Chillida-Leku cayó en un tercio. De los 90.000 de años anteriores, bajaron hasta 60.000. Sin embargo, esta cifra prácticamente duplica a la que consiguió el museo de Oteiza, en Altzuza, que acaba de presentar su nueva programación para el 2011. Aunque sí que afronta el año con «austeridad», no teme por su futuro. Ubicado a pocos kilómetros de Iruñea, el legado del escultor oriotarra sigue adelante con poco más de 32.000 visitantes en 2010, gracias a sus convenios con el Gobierno de Nafarroa.

La diferencia se encuentra en la filosofía del proyecto. Según explicó Gregorio Díaz Ereño, director de la Fundación Oteiza, que es la que gestiona este museo, el 90% de la financiación que recibe el museo proviene directamente del Gobierno navarro. El diez por ciento restante no sólo corresponde a las entradas, sino que se obtiene a través de ayudas del Ministerio de Cultura español, de cajas ahorro y de otras ayudas puntuales. Esto permite que reducir el precio a los visitantes al máximo, llegando a la gratuidad cuando es un grupo grande.

La propia decisión de Oteiza en su testamento permite este tipo de gestión. El escultor legó su obra al pueblo navarro y, como representantes del pueblo, las instituciones de Nafarroa se han hecho cargo de él. Primero desarrollaron el museo, y después llegaron a un acuerdo económico con la Fundación Oteiza para que lo gestionara. Este convenio con la fundación se renueva anualmente, de ahí la «austeridad» con la que afrontan el 2011, ya que el tijeretazo a esta subvención ha sido del 20%. En cifras gruesas, el Museo Oteiza ha recibido para este año 1,4 millones de euros, de los que 200.000 euros se destinan a renovar las exposiciones y el resto al mantenimiento de las labores de investigación, divulgación de la obra y el pensamiento del artista y otros gastos.

Al director del museo no le trae de cabeza el número de visitas anuales. «Lo importante es la calidad», afirma Díaz de Ereño. «Lo nuestro es el rigor. No el espectáculo. Este no es un museo generalista que busca público a cualquier precio, sino un museo de autor, cuya misión es profundizar en la obra y en el conocimiento de Oteiza y vincularlo a ámbitos como el de la docencia. Y en esto, seguimos muy activos», asegura.

Desde la fundación tienen claro que su objetivo no es el de organizar exposiciones espectaculares de otros artistas, sino que su labor es la de montar trabajos propios y aseguran que «poniendo como meta la calidad» han empezado a coproducir trabajos con museos de relieve internacional, como el centro Pompidou de París. Para quienes dirigen el legado del artista oriotarra, resulta casi tan importante como exponer en el museo, que los trabajos que en él se desarrollan se conviertan en exposiciones itinerantes que viajen por el mundo para divulgar la obra del escultor vasco.

Mientras, continúan las labores del día a día dentro del museo y la Fundación, como la digitalización de la inmensa obra teórica que dejó el escultor oriotarra. Hay alrededor de 40.000 documentos escritos que se están digitalizando. Además, otro de los proyectos que más ilusionan a Díaz de Ereño es un ensayo en el que se expone el lado más cinéfilo de Oteiza, y en el que se muestran sus criterios estéticos y sus opiniones, siempre controvertidas sobre el séptimo arte. Al frente de esta propuesta, en la que colabora el museo madrileño Reina Sofía, se encuentra el experto Santos Zunzunegi. El núcleo de este proyecto es el texto «Acteón» que escribió el escultor de Orio.

Otro de los puntos clave que se ha marcado el Museo Oteiza es el de ubicar al autor, contextualizarlo. «Las apuestas que hacemos deben tener una proyección divulgativa. Deben estar relacionadas con el artística y la época que le tocó vivir, que en nuestro caso abarca prácticamente todo el siglo XX», expone el director. El objetivo fijado es primar la investigación y proponer «una reflexión sosegada de la figura monográfica que es el espíritu de este museo».

Invertir o subvencionar cultura

«Hoy en día la cultura necesita de de la intervención de las administraciones públicas», sentencia Díaz de Ereño. «Las cosas en las que se pone empeño en busca de la calidad cuestan dinero. El patrimonio cultural que Oteiza legó a los navarros merece de la implicación de todos». Al director de la fundación y el museo no le gusta el pensamiento que ha calado en la sociedad de que la cultura vive de las subvenciones. «Para nada es así. En cultura se invierte, porque la cultura conforma un ariete transformador de la sociedad». Díaz de Ereño tiene laambición de que un conocimiento más profundo del pensamiento de Oteiza alimente «una forma de pensar distinta» en la sociedad, es decir, que la vuelva más crítica, porque «cuanto más crítica sea la sociedad, más avanzará su capacidad de razonamiento y, en consecuencia, evolucionará con mayor rapidez». Sin embargo, desde la fundación reconocen que resulta difícil articular el binomio público-privado. Es decir, cómo han de intervenir las instituciones públicas «sin adulterar» el espíritu que debe guiar el museo y la fundación.

No obstante, Díaz de Ereño tiene claro que lo que garantiza la supervivencia de experiencias como la de Chillida-Leku o la del propio Museo Oteiza es la «calidad» de la obra que poseen. En este sentido, apunta que «lo que esconde Chillida-Leku es de una calidad exquisita».

Frente a esta fortaleza, los museos de autor tienen un punto flaco, según reconoció el propio Díaz de Ereño. Necesitan ser capaces de reinventarse a cada poco, puesto que, al tener un caracter monográfico, la gente que acude una vez, puede que no repita. Probablemente, por eso Chillida-Leku fue perdiendo visitantes año a año, porque no basta con mantenerlo abierto, sino que necesita estar vivo y en constante cambio.

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Obras inéditas del escultor Pablo Palazuelo en marzo, y una revisión del proyecto de Arantzazu para noviembre

El programa del Museo Oteiza para 2011 va a tener dos meses clave, marzo y noviembre. La primera de las grandes apuestas del centro de Altzuza es la obra de Pablo Palazuelo. En concreto se trata de 80 obras que corresponden a la etapa parisina de este pintor, que desarrolló entre 1948 y 1968. Se trata de una coproducción realizada entre el propio Museo Oteiza y la fundación Juan March. El hecho de que muchas de esas obras jamás se hayan expuesto en un museo, supone uno de los atractivos más interesantes de esta propuesta.

Sin embargo, quizá resulte más interesante para los amantes del trabajo del escultor oriotarra, al menos por su cercanía, el proyecto de la Fundación Oteiza que vera la luz en noviembre. Se trata de la exposición «Intrusos en casa. Arte moderno, espacio sagrado». Este trabajo hace hincapié en el debate que se abrió durante en el periodo de entreguerras y a partir de 1945 sobre qué tipo de obras artísticas eran las apropiadas para los templos religiosos. Se trata de un debate que trascendió de los espacios eclesiales y la comunidad artística hasta la propia sociedad. Obviamente, la basílica de Arantzazu será la pieza clave a analizar. En la ejecución de este templo se dieron cita muchos de los mejores artistas de vanguardia: Oteiza, Chillida, Basterretxea, Pascual de Lara o Lucio Muñoz. No obstante, Arantzazu no constituye una obra al margen, sino que hubo proyectos análogos de templos vanguardistas tanto en Europa como en Estados Unidos. Por ejemplo, Notre-Dame-du-Haut, en la localidad francesa de Audincort, con vidrieras de Leger y mosacios no figurativos del pionero cubista Braque. En esta etapa también nace la capilla Rothko de Houston, y proyectos como la capilla de Rosario de Vence, que fue encargado a Matisse.

La exposición «Intrusos en la casa. Arte moderno, espacio sagrado» irá acompañada por la publicación de un extenso y concienzudo trabajo con el mismo título, que firmarán Jon Etxeberria Plazaola (doctor en Humanidades y especialista en el pensamiento de Oteiza de la Universidad Pompeu Fabra) y Friedhelm Mennekes (profesor de Arte y Religión de la Univeridad de Brunswik y director de la Kunst Station de Colonia).

A. I.

OTEIZA EN INTERNET

Para este año se prevé que puedan consultarse en la web del museo más de 40.000 textos de Jorge Oteiza que ahora se encuentran en un proceso de documentación y digitalización.

NUEVA EXPERIENCIA

Además de la campaña escolar que incluye formación, talleres y visitas, el Museo Oteiza abrirá este año una nueva experiencia pedagógica en la que tratará de difundir la figura del escultor en el hospital de Salud Mental de Nafarroa.

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