Bizkaia Bilbao Basket cae en la Caja Mágica
Honrosa forma de hacerse el harakiri
Los hombres de negro pagaron con creces tanto su mal arranque, como la forma en que fue dilapidando las ocasiones en las que pudo colocarse por delante. Muy irregulares, alternaron buenas acciones de Jackson, Warren o Vasileiadis con pérdidas tontas, claves al final.
REAL MADRID 76
BIZKAIA BILBAO BASKET 72
Arnaitz GORRITI
Los samuráis se hacían el harakiri -un ritual de suicidio que consistía en el desentrañamiento-, según consta en la Wikipedia, como una entrega al honor de morir gloriosamente, rechazando cualquier tipo de muerte natural, o antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta. La forma en que Bizkaia Bilbao Basket perdió ayer en la Caja Mágica ante el Real Madrid por fuerza debió tener algo de harakiri, por mucho que los de Katsikaris cayeran con honores.
El mal inicio de los hombres de negro fue una de las claves en el resultado final, ya que jamás terminarían de darle la vuelta al parcial 16-4 del arranque. Fotis Katsikaris espetó a los suyos un claro «¡estamos siendo demasiado blandos!», ya que la eléctrica movilidad de Llull bastaba para desarbolarlos.
Afortunadamente, el juego del Real Madrid no era para tirar cohetes y además, los cambios le vinieron muy bien a Bilbao Basket. Jackson superaba a Sergio Rodríguez en ataque y Vasileiadis y Mavroeidis aportaban desde la brega. No obstante, cuando el marcador ya pintaba de otro color -30-29 mediado el segundo cuarto tras un triple de Warren, seguido de un tapón de Mumbrú a Suárez-, los hombres de negro se encargaban de errar tiro tras tiro, y de perder balones fáciles, como un saque de banda que Vasileiadis entregó al Chimpa Suárez, lo que valió la canasta de Prigioni para poner el 36-32 al descanso, amén del cabreo de Katsikaris.
La historia se repitió en el tercer cuarto. Los bases merengues estaban cegados por la intensidad defensiva de Jackson, pero entre los tiros de Tucker y Mirotic, los de Messina se mantenían arriba, rozando incluso la ruptura del choque: 53-43.
De cal y de arena
En cualquier caso, las grandes acciones de Warren, Hervelle y Vasileiadis, y una inverosímil canasta de Blums sobre la bocina, mantenían a los hombres de negro en el partido antes del período final: 58-52. Asimismo, viendo el atolondramiento de Prigioni y Rodríguez, Katsikaris atinó con una zona 2-3.
El Real Madrid volvió a irse de 12 puntos, 65-53 y 67-55, en el último parcial, gracias sobre todo a los tiros libres. Prigioni lucía su fina muñeca, estabilizando la ventaja local sobre los 8 tantos, apuntalada por varios tiros libres errados por los vizcainos.
El último achuchón de los de negro llegó demasiado tarde, con un triple de Vasileiadis que enmendaba un saque de fondo que Jackson mandó a la espalda de Warren. Prigioni, con un nuevo tiro libre, certificó el triunfo madridista, e hizo del harakiri bilbaino una derrota honrosa.
Bilbao Basket rayó a buen nivel en defensa, pero adoleció de una excesiva irregularidad. Pagó caro su mal inicio, así como sus errores en el pase y en el tiro cuando podía haberse puesto por delante en el marcador.
Marko Banic fue la desagradable sorpresa de ayer. El ala-pívot de Zadar se quedó sin anotar y apenas si aportó un par de rebotes y una asistencia. Muy poco para un jugador que hace de su eficacia y regularidad su bandera.
UNB Obenasa pudo haberle dicho adiós, al menos momentáneamente, a los puestos de descenso, pero a Cadí La Seu también le dio por ganar -al Celta, por 67-59, lo cual tampoco deja de ser interesante, ya que las gallegas, junto con Cadí La Seu, se quedan con cinco victorias, una más que las navarras-, con lo que el adiós de ayer fue únicamente al farolillo rojo.
Y si las de César Rupérez se despidieron de la última plaza, fue porque machacaron al Olesa por un incontestable 79-49 con el que el público de Arrosadia pudo disfrutar. Y es que esta victoria vale mucho más que el resultado: un average y un enorme golpe de moral, como mínimo.
Las iruindarras se impusieron en todos los cuartos, y aparecieron distintos protagonistas en ellos. Primero fueron Dos Santos o Chones -18 puntos y 8 rechaces- las que impulsaron el 18-12 del primer parcial. En el segundo cuarto, Helena Boada y Naiara Díez se encargaron de abrir la diferencia hasta que el marcador reflejara 42-26 al descanso.
La irrupción anotadora de Abalde en el tercer período parecía echarle el cierre al duelo, pero el cuadro catalán apretó y, aunque sólo se arrimara a 14 puntos, 54-40, los nervios podían cundir entre las jugadoras de UNB Obenasa.
Sin embargo, sendos triples de Boada y Abalde -que celebrará hoy su 22º cumpleaños tras haber logrado 17 puntos y 9 rebotes- eliminaron cualquier atisbo de remontada, y abrieron la puerta a una merecida fiesta por semejante triunfo.
A. G.
