Iñudes y artzaias bailan en la Plaza de la Constitución. Están colocados en fila y en parejas. A la derecha se encuentran las nodrizas, vestidas con un vestido de cuadros, un gran delantal y una cofia. Apoyan su mano izquierda en la cadera y, con la derecha, levantan una muñeca. A su izquierda van los pastores, que cruzan un palo detrás de la espalda. Numeroso público situado alrededor de la plaza les observa, es mediodía y el sol calienta en todo lo alto. Donostia anunció ayer así la llegada del Carnaval.

Insistía en fechas recientes el alcalde donostiarra, Odón Elorza, que es falso que los donostiarras no sepan divertirse, algo así como el sanbenito de tacaños que tiene los catalanes. Este largo fin de semana de cánticos y bailes, los habitantes de la capital guipuzcoana le han dado la razón y si el viernes los coros entonaban a Santa Ageda, y el sábado las calles eran tomadas por los Caldereros húngaros, ayer, en una jornada más primaveral que invernal, miles de personas se acercaron a la parte vieja a disfrutar del ambiente de los iñude eta artzaiak.

Entre pote y pintxo y pintxo y pote, la mañana fue propicia para que se representara un año más el galanteo de los pastores que bajaban del monte con las nodrizas. La comparsa integrada por dantzaris, tamborreros y personajes de la época es la que desde 1977 escenifica la asociación Kresala. Pero el origen de esta fiesta data de un 2 de febrero de 1885, día de la Candelaria, festivo en aquella época. En 1912 el Papa Pío XII eliminó el carácter lúdico que tenía la Candelaria. La fiesta de Los Caldereros se mantuvo, pero la comparsa de iñude eta artzaiak desapareció al coincidir la mencionada fecha en día laboral. Fue hasta su recuperación.

Inicialmente formada íntegramente por hombres, lo que no ha cambiado en esta comparsa con el paso de los años es el repertorio musical, básicamente del maestro Raimundo Sarriegi.

``Comparsa de Nodrizas'' y el vistoso lanzamiento de los bebés al vuelo por parte de las neskas, ``Kontradantza'' y ``Festarik biar bada'' fueron sólo algunas de las composiciones que se volvieron a escuchar en la mañana de ayer. Como tampoco ha cambiado la ``Introducción y escena de las nodrizas'', que recrea el momento en el que las iñudes acudían al médico para la primera vacunación del bebé, mientras el cura les da su bendición en el otro extremo de la plaza, o el ``Zortziko'', con el que los artzaias ofrecen casamiento a las iñudes.

Pastores y nodrizas, pero también el alcalde y su mujer, el obispo, los «miqueletes», el globero y un sinfín de personajes que engalanaron la Parte Vieja, también el barrio de Gros, hasta casi la hora de la comer. De aquí en adelante, el Carnaval se acelera y empezará a peregrinar por toda la geografía vasca.