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Copa de Asia

Qatar superó con nota el ensayo de cara al Mundial

Una extraordinaria volea del suplente Tadanari Lee en la prórroga dio el título al Japón de Zaccheroni. Australia, que se enfrenta a una renovación generacional, fue el conjunto más sólido del torneo.

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Beñat ZARRABEITIA

Japón se proclamó campeón de la Copa de Asia en una intensa final ante Australia. Los samurái blues practicaron un rápido juego de toque aprovechando las virtudes de sus futbolistas más talentosos. Con un centro del campo formado por Endo, Hasebe, Kagawa y Honda, ninguno de los equipos que tomaron parte en la competición sumaba tanta calidad. Hecho al que hay que sumar la gran actuación del lateral Nagamoto -que ha fichado por el Inter- y los goles del nueve Osazaki. Sin embargo, el protagonista inesperado fue el punta reserva Tadanari Lee. Debutó como internacional absoluto en la primera fase y en su segundo choque con Japón anotó el tanto decisivo.

Se trata de un héroe con una historia muy particular. Forma parte de los zainichis, comunidad coreana que fue obligada a residir en Japón tras la invasión nipona de la península en 1910. Los coreanos sufrieron un sin fin de vulneraciones de derechos y padecieron también una gran estigmatización. Durante la segunda Guerra Mundial, alrededor de cinco millones de zainichis -entre ellos el abuelo de Lee- fueron obligados a realizar trabajos forzosos.

Según diferentes estudios sociológicos, el 90% de los zainichis oculta su pasado y ha cambiado de identidad. Uno de ellos es Tadanari Lee. Su nombre original es Lee Chung Sung. Probó con la selección surcoreana en categoría sub 20, pero un año más tarde logró el pasaporte japonés. Su denominación pasó a ser Tadanari Oyama, antes del definitivo Tadanari Lee. Hoy, un futbolista de origen zainichi y muy popular debido a su relación con la cantante pop Iconiq, es el ídolo de los hinchas de los samuráis blues.

La segunda posición fue para Australia. Los socceroos han sido el equipo más europeo del torneo. Basado en el poderío físico de sus jugadores, el conjunto de Holger Osieck ha ahogado todos sus rivales. Jugó mucho mejor que Japón en la final pero tanto Harry Kewell como Tim Cahill desperdiciaron ocasiones muy claras ante el meta nipón Kawashima. Otro invitado inesperado en el triunfo japonés, ya que tras su nefasta primera fase nadie esperaba que fuese determinante en semifinales ante Corea del Sur y en la final ante los canguros.

Los oceánicos se han mostrado seguros y son un firme candidato a ganar la cita de dentro de cuatro años. Serán los anfitriones, cuentan con muchos futbolistas jugando en Europa, amén de que su poderío físico en altura y kilos es bastante superior al del resto de selecciones de la Copa de Asia. Eso sí, Australia competirá con una equipo completamente renovado. Osieck afronta la dura tarea de dar relevo a Kewell, Schwarzer, Emerton, Neill, Culina o Cahill. Por el momento, parece que el peso recaerá en Jedinak, Holman o Carney, bien secundados por el extremo McKay uno de los grandes descubrimientos del torneo. Jóvenes como Oar, Spiranovic, Kilkenny, Robbie Kruse o Burns también pueden ser piezas clave. Mientras tanto, los socceros tendrán dos buenas oportunidades para crecer en los Juegos de Londres y el Mundial de Brasil.

Los otros

Corea del Sur cerró la competición con sabor a despedida. El mediapunta del United Park Ji Sung y el ex lateral del Tottenham Lee Young-Pyo abandonan la selección. Ahora será el turno para los Kaa Jo Cheol, máximo goleador del torneo y que acaba de firmar por el Wolfsburgo, los jugadores del Celtic Cha Do Roi y KiSung-Yeung o los delanteros Park Chu Young del Mónaco y Son Heung Min.

En cuanto al resto de escuadras, destacar la gran actuación de Uzbekistán. Una ex república soviética a la que Djamolidine Abdoujaparov situó en el mapa deportivo. Ahora, con su cuarta posición en Qatar, se muestran como un candidato para las próximas eliminatorias mundialistas. Fueron goleados por 6 a 0 por Australia, pero entre sus filas han destacado el líbero Akhmedov y el zurdo Djeparov, ambos incluidos en el once inicial del torneo. Asimismo, subrayar la digna actuación de Iraq y Corea del Norte, la presencia de la anfitriona Qatar y de la sorprendente Jordania en cuartos o los goles del delantero de Bahrein Ismaeel Abdullatif.

Finalmente, señalar que el torneo ha sido un éxito organizativo y que Qatar ha saldado con nota su primer ensayo de cara al Mundial de 2022. Ninguno de los estadios será sede entonces, pero el desarrollo de la competición y las comodidades para los equipos han sido enormes. Además, las retransmisiones televisivas han gozado de una calidad y nitidez extraordinaria. Grandes realizaciones, toda clase de planos para seguir el partido al detalle e información estadística empleando todos los medios que ofrecen las nuevas tecnologías.

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