NBA
Progresos que se truncan y abismos que se abren
Memphis, Phoenix, Houston y Milwaukee se enfrentan con diferentes sensaciones al fracaso de quedarse fuera de las eliminatorias por el título.
Izkander FERNÁNDEZ
Sin playoffs no hay futuro. Para que una franquicia dé la impresión de estar creciendo o, al menos, de no retroceder, ha de colarse entre los ocho primeros de su Conferencia y entrar así en la lucha por el título. En la liga hay treinta equipos, 16 lo consiguen, catorce se quedan fuera y no todos los que se quedan sin el premio de la post-temporada son carne de cañón.
Para este año, las plantillas de Memphis Grizzlies, Houston Rockets y Milwaukee Bucks prometían dar un paso adelante, mientras que Phoenix Suns esperaba no perder comba. A falta de dos meses para que concluya la temporada regular, y con el ecuador de la misma sobrepasado, los Grizzlies son los que mejor lo tienen para entrar entre los ocho primeros del Oeste, Phoenix tendrá que sudar más y los Rockets están al borde del precipicio. En el Este, los Bucks no terminan de encontrar su juego y tendrán que sufrir mucho para no irse de vacaciones a mediados de abril.
Aunque todos sufren una situación similar, el camino que han seguido es diferente. Memphis es quien menos excusas tiene, ya que conserva el bloque de la pasada campaña y en una tesitura similar se encuentran los Bucks. Phoenix arrastra la fuga a la gran manzana de la que ha sido su referencia en ataque en las últimas temporadas, Amare Stoudemire. Y peor lo tiene Houston tras la enésima, y probablemente la última, lesión de Yao Ming.
Pese a Randolph
En Memphis las cosas van a medias pese a que Zach Randolph vuelve a brillar como en sus mejores días en Portland. Rudy Gay, la segunda estrella del equipo, también parece cumplir con su papeleta de jugador franquicia, emparentado con la genialidad de Kobe Bryant. Los problemas empiezan cuando los teóricos refuerzos y hombres importantes de la segunda línea no funcionan. Mike Conley, OJ Mayo y Marc Gasol no han alcanzado el nivel que esperaban los Grizzlies y, de momento, se mueven fuera de posiciones de playoffs.
Similar es el caso de Milwaukee. Tras una gran temporada marcada por la llegada del rookie Brandon Jennings y del último gran pívot blanco que se ve en el horizonte, Andrew Bogut, esta campaña parece errática en las filas de los Bucks. Jennings ha sufrido problemas físicos, Bogut está jugando por debajo del nivel mostrado el año pasado y, aunque el resto de la plantilla está ayudando activamente, la maquinaria parece no llegar a engrasarse nunca.
Cruz
A Phoenix y a Houston les salió cruz. Los Suns vieron cómo Amare Stoudemire se iba a los Knicks persiguiendo la estela del ex entrenador jefe de la franquicia de Arizona, Mike D'Antoni. Por si fuera poco, la otra estrella que queda, Steve Nash, aparece continuamente envuelto en rumores de traspaso con el mismo destino que Stoudemire y D'Antoni, el Madison Square Garden.
El mayor descalabro es el de los Rockets. Hablaban de alcanzar la segunda ronda de las eliminatorias por el título al principio de la temporada. Claro que seguro que no contaban con que a estas alturas Yao Ming estuviese al borde de la jubilación y con el equipo a cuatro partidos largos de los playoffs.
Los ecos de cierre patronal vuelven a la actualidad gracias a unas declaraciones de Dirk Nowitzki en las que aseguraba que, en caso de un nuevo lockout, jugaría en Europa sin problemas.
La llegada de Frank Vogel al banquillo de Indiana en sustitución de Jim O'Brien ha provocado que los Pacers sumen cuatro victorias consecutivas para alcanzar la octava plaza del Este.
A escasas fechas de que se celebre el All Star Game de Los Angeles, ha saltado la polémica en torno a la elección de los suplentes, los participantes no elegidos mediante votación directa del público, que participarán en el partido de las estrellas dentro de doce días. La cuestión es que la mera intención de comparar los méritos necesarios para aparecer en las filas del equipo del Este con las del Oeste resulta sonrojante. Uno de los casos más sangrantes lo marca la presencia en el equipo del Este de Al Horford con 16.1 puntos y 9.9 rebotes por partido, cuando Zach Randolph, en el Oeste, se ha quedado fuera con 20 tantos y 13.2 rebotes. Otro de los extremos más polémicos surge de la comparación de los números de Ray Allen (17.3 puntos y 3 asistencias), que formará parte del Este, y Eric Gordon, que con 24.1 puntos y 4.5 asistencias por encuentro no estará presente en la fiesta de Los Angeles. I.F.