La idealizada y demonizada mujer medieval muestra en Bilbo su verdadera esencia
El museo de Bellas Artes de Bilbo ha producido la muestra «Hay más en ti. Imágenes de la mujer en la Edad Media», en la que se pone de manifiesto la imagen ambivalente de la mujer, tan idealizada como demonizada, entre los siglos XIII y XV. La exposición poco usual, compuesta por 48 objetos artísticos y cotidianos, estará hasta el 15 de mayo.
Ane ARRUTI | BILBO
La Edad Media esconde una gran ambigüedad respecto a la imagen de la mujer. Existen dos opciones: «Bien como un ser totalmente adulado, que estaba en un pedestal, algo inalcanzable y con el cual no podías tener una relación física. O justo todo lo contrario, un ser cargado de todos los defectos, incluidos todos los pecados», explicó ayer Corinne Charles, la comisaria de la exposición «Hay más en ti. Imágenes de la mujer en la Edad Media (siglos XIII-XV)» que hasta el próximo 15 de mayo expone el museo de Bellas Artes de Bilbo.
La muestra «no al uso», según el director de la pinacoteca, Javier Viar, es el resultado de más de cuatro años de investigación. Está compuesta por 48 piezas que van desde esculturas o pinturas, hasta elementos más íntimos como utensilios de belleza, incluso un cinturón de castidad. «Hay todo un territorio que pertenece a la imagen más privada, y es ahí donde podemos encontrar una iconografía difícil de perseguir, precisamente por lo ocultos que son los objetos que adornan la intimidad de la mujer de aquella época. Es decir, sus habitaciones privadas, sus salones más familiares.... Son tapices, son arcas, pequeños jarrones, libros, bandejas... que componen un recorrido absolutamente diferente y privado», dijo Viar.
El título de la exposición es la traducción de una divisa de Luis de Brujas, coleccionista flamenco de manuscritos del siglo XV, que pretende invitar a quien visite esta propuesta a que vaya más allá del «estereotipo de la mujer inalcanzable, dependiente o enclastrada». Por ello, los objetos persiguen, según indicaron los responsables de la muestra, la «comprensión del sentido oculto de determinadas
Asumir el pecado original
La exposición está dividida en seis secciones y la primera está dedicada a la Virgen María, uno de los temas más frecuentes del arte medieval occidental. Nada más entrar, se aprecia una escultura de la Virgen con su hijo en un brazo y una manzana en la otra mano. Es la representación de la mujer como la encarnación de todos los pecados. «Estaba vista como el estereotipo de la mujer ideal. Era la madre y la reina, algo que, sin embargo, para la mujer que hacía una vida cotidiana era algo inalcanzable, imposible de imitar», explicó Charles. Pero, a partir del siglo XIII, «readquiere ese pecado original, aquello que los clérigos habían atribuido a la primera mujer, a Eva». Según la comisaria, esta ambivalencia se explica «porque la fuente de estas representaciones negativas de la mujer se halla en textos redactados por clérigos, que usaban su misoginia para ahuyentar los placeres de la carne, puesto que su condición les imponía el celibato y la castidad y quizá les resultaba más fácil mantenerlo si demonizaban a la mujer y la responsabilizaban de todo eso».
En la segunda parte, titulada «Entre el sueño cortés y las distintas realidades», se muestran arcas y tapices, donde aparecen las mujeres en cortejos de danza, con imágenes que intentan revalorizar una institución que en el siglo XV estaba en crisis por las contradicciones del ideal del amor cortés, el matrimonio. Esto se vio reflejado en el libro «Roman de la Rose», incluido en la exposición. «En este libro, la rosa significa mujer, y en todos los versos el poeta va buscando la mujer ideal y va expresando cómo aprecia a la mujer ideal», explicó Charles. «Lo que ocurre es que este libro está escrito por dos autores, con cincuenta años de diferencia entre ambos. En la primera parte se habla del amor ideal y de que ese amor luego no puede convertirse en algo carnal, sólo puede ser un amor espiritual. Sin embargo, en la segunda parte, habla ya de todo lo contrario y dice que la mujer existe solamente para hacer el amor con ella». El texto se convirtió en fuente de inspiración para los artistas durante dos siglos, tanto la primera parte como la segunda, y las «heroínas» de la Edad Media aparecen talladas, bordadas y pintadas en distintos objetos como arcas, manuscritos, tapices o una bandeja nupcial.
La tercera parte representa la belleza femenina y sus entretenimientos, mediante los objetos más privados como tapices, una valva de espejo o peines de lujo. Además se investiga el papel que tuvieron las mujeres en la música medieval, más numerosas de lo que se piensa, «pero su encanto y dulzura se vieron a menudo empañados por el avieso poder de seducción atribuido a brujas y sirenas».
Prostitución, «mal necesario»
La ambigüedad queda de nuevo reflejada en el modo de concebir la prostitución. «Los municipios ven que no pueden evitar la prostitución y la Iglesia parece que lo considera como `un mal necesario'. Así, llegan a una especie de acuerdo para reglamentarlo». Encontraremos un pergamino con la lista de las casas de prostitución de Estrasburgo de 1469, que además incluye una serie de restricciones de vestimenta para estas mujeres. «Es decir, por una parte están conformes con que se practique la prostitución pero, por otra, las estigmatizaban y no las dejaban vestirse de manera de que pudieran ser confundidas con mujeres honestas».
También se indaga en el papel que tuvieron las mujeres en la economía del hogar, como en las labores agrícolas representadas en un tapiz de mediados del siglo XV de más de seis metros de largo.
Por último, se muestran los derechos y los poderes de la mujer medieval que, a pesar de la desigualdad, cuentan con protección jurídica. «Pueden gozar de señoríos y ejercer poderes equivalentes a los de los varones», explicó Charles. «Nuevamente aparece una imagen contrastada y ambivalente de la mujer y su necesidad de romper el marco en el que la sociedad trata de encerrarla».
El título de la exposición es una traducción de «Plus est en vous», que recoge la divisa de Luis de Brujas, coleccionista flamenco de manuscritos del siglo XV.
«La fuente de estas representaciones negativas de la mujer se halla en textos redactados por clérigos, que usaban su misoginia para ahuyentar los placeres de la carne», explicó la comisaria Corinne Charles.
El museo ha organizado visitas guiadas a las exposición. Serán los domingos a partir de las 12.00. El precio de la entrada es de 6 euros y el de la visita, 5 euros. Para las reservas hay que llamar al 944396137.