CRíTICA cine
«Primos»
Mikel INSAUSTI
En sus anteriores largometrajes el cine de Daniel Sánchez Arévalo no me terminaba de convencer, pero otros sí supieron ver en él esas posibilidades que yo no fui capaz de reconocer en su momento. Me sirve de alivio el saber que hay bastante unanimidad a la hora de señalar a “Primos” como su película mejor acabada, gracias a que ha descubierto en la comedia romántica el vehículo ideal para sus tiernos personajes, tal vez demasiado vulnerables para el drama. Sea como fuere, la cuestión es que estamos ante un cineasta absolutamente personal, que consigue ganarse al espectador mediante el cariño con que trata a sus criaturas de ficción, aunque al principio nos cueste identificarnos con ellas. Mediada la proyección uno ya empieza a empatizar con todo el reparto, según un proceso de enamoramiento que cristaliza en una resolución final tan prodigiosa como bien armonizada, que deja sensaciones perdurables que te acompañan a la salida del cine.
La originalidad de “Primos”, y lo que la distingue de cualquier otra comedia romántica al uso, radica en conseguir transmitir sensaciones tan especiales partiendo de los materiales más corrientes que pueda haber, incluidas las referencias cinéfilas de videoclub de pueblo. Si no mediara el particularísimo tratamiento que da Daniel Sánchez Arévalo a su sencilla y común historia, hasta podría verse en ella una recreación nostálgica de “Verano azul” o un publirreportaje turístico sobre Comillas. Pero bajo la apariencia de alocada aventura con trío de jóvenes con ganas de fiesta, se esconde una verdadera joya introspectiva sobre las relaciones entre hombres y mujeres, que ahonda en las respectivas soledades y carencias afectivas con el único fin de trazar puentes que permitan superarlas.
El emotivo reencuentro paternofilial representado por Antonio de la Torre y Clara Lago lo resume todo invitando a reír de felicidad, la que contagia previamente el divertido número coreográfico de la imitación de Backstreet Boys en “As Long As You Love Me”.
