El fiscal concluye que la muerte de Giraldo en Cordovilla fue ordenada «por venganza»
I.V. | IRUÑEA
El juicio por la muerte de Yamiled Giraldo en Cordovilla finalizó ayer con la conclusión fiscal de que fue ordenada por uno de los cinco acusados, José Lareo, «por venganza», ya que había sido condenado por abusos sexuales y prostitución tras ser denunciado por esta vecina de Ituren.
La acusación particular coincidió en que Yamiled Giraldo murió por «cumplir con su obligación legal de culpar a quien explotaba a mujeres», y añadió que existe una «corroboración máxima» de la implicación de José Lareo en esta muerte.
En su informe final, el fiscal dio verosimilitud al testimonio de Nira Arandigoyen, considerada co-autora de la muerte de Giraldo junto a Rodrigo Solaeche, que fue quien efectuó los disparos.
El fiscal puso de relieve que José Lareo era el único de los cinco procesados que conocía a la víctima, que «tenía dinero» para poder pagar a sicarios para ejecutarla y que «tenía un motivo».
En este sentido, remarcó que José Lareo no fue «un simple inductor», sino que se «involucró directamente» y «controló» a los demás procesados dándoles información y dinero.
En cuanto a Pedro Andrés García y Karlos Igari -ex pareja de Nira Arandigoyen-, el fiscal mantuvo la petición de 23 años y medio de cárcel por considerarles «cooperadores necesarios».
Respondiendo a la convocatoria de Lunes Lilas, unas 150 personas se concentraron a las 20.00 de ayer en la Plaza del Castillo de Iruñea para exigir que se acabe con la violencia machista «en todas sus manifestaciones».