Derbi en Anoeta
Un envite ansiado con sabor a revancha o reconciliación
Los rojillos visitarán por primera vez el estadio donostiarra tras el partido de finales de mayo de 2007.
Natxo MATXIN
Según se mire, el derbi de este próximo domingo en Anoeta tendrá sabor a revancha o a reconciliación, pero lo que está claro es que es un encuentro muy esperado y que no va a dejar indiferente a nadie. La antepenúltima jornada de la 2006-2007 en la que Osasuna certificó matemáticamente su permanencia ganando a la Real en El Sadar (2-0) y que provocó que la escuadra txuri urdin perdiera una de sus últimas oportunidades de mantenerse en Primera todavía perdura en la retina de muchos aficionados, especialmente guipuzcoanos.
De hecho, en Donostia el encuentro va a tener cuando menos un sabor «especial» por tal circunstancia, al que hay que añadir que, pese a la desahogada situación clasificatoria, los de Martín Lasarte no pueden confiar en dicho colchón ante un rival directo y desearán, asimismo, darle un alegrón a su parroquia tras la goleada sufrida en el Bernabéu.
Por el lado rojillo, no debería ser necesaria ninguna motivación extra. El que se encuentren a un escaso punto del descenso es suficiente argumento como para que empiecen a enmendar su desastroso rendimiento foráneo. Sólo dos empates se han cosechado lejos de El Sadar en lo que va de temporada y los de Camacho confían en la teoría de las probabilidades de que cuanto más se alarga en el tiempo una estadística, más cerca se está de romperla.
A su favor está también que, de un tiempo a esta parte, le hayan cogido el tranquillo a sus hermanos del otro lado de la Autovía, como ocurrió en el encuentro de la primera vuelta, en el que los navarros derrotaron por 3-1 a una Real que arribaba a El Sadar en un magnífico momento de juego. Ni que decir tiene que, visto desde el otro lado de la barrera, ello supone un argumento añadido para la «venganza» de los ahora anfitriones.
Pique con deportividad
Un pique mutuo que, bien llevado y centrado en lo puramente deportivo, puede hacer del próximo domingo una jornada futbolística para recordar. La buena concordia que siempre ha existido entre ambas hinchadas -no hay más que recordar los pitos de parte de Graderío Sur a los goles rojillos de hace cuatro campañas y el abandono de aficionados osasunistas de sus localidades- debe colaborar a que el día sea festivo y ajeno a situaciones desagradables.
La relación entre aficiones es extensible, asimismo, a ambas juntas directivas y, como botón de muestra de ello, la Real fue el conjunto elegido por el club navarro para disputar el trofeo Reyno de Navarra de este pasado agosto. Como es lógico, todo ello se olvidará en el momento en el que el árbitro dé el pitido inicial, con dos equipos necesitados de sumar, por diferentes circunstancias.
A la Real Sociedad se le están dando bien los conjuntos de su liga cuando juegan contra ellos en Anoeta, un estadio donde todavía no se ha dado ningún empate en lo que va de temporada. A excepción de la visita de Real Madrid, Atlético, Valencia y Sevilla, los de Martín Lasarte han saldado de manera positiva sus duelos con rivales de similar nivel.
Bastante más negativo es el bagaje de Osasuna cada vez que se monta en el avión o el autobús. Si se cumple la tradición del último año, los de Camacho serán poco enemigo para la escuadra txuri urdin. No conocen la victoria en campo ajeno desde enero de 2010 y sólo han sacado dos empates en la presente campeonato.
N.M.
El encuentro llega marcado por la sensible baja que supondrá para la escuadra txuri urdin la ausencia de Xabi Prieto, quien vio la quinta en el Bernabéu. Del lado rojillo, Camacho no podrá contar con sus internacionales hasta el viernes.
El derbi se adelantó una semana en lo que se refiere a la categoría de juveniles, con resultado favorable para la Real. Así, los de Jagoba Arrasate se impusieron claramente (3-0) y, de paso, le arrebataron el liderato a los rojillos, que ahora son terceros en la tabla.
Si hay que atenerse a la historia, la Real ya tiene bastante ganado para el derbi de este domingo. La estadística es claramente favorable del lado txuri urdin cada vez que locales y rojillos se han medido en Donostia. De 34 encuentros ligueros, en 23 han ganado los guipuzcoanos.