No es fácil, a botepronto, encontrar similitudes entre Flandes y Qatar, pero Tom Boonen se siente tan cómodo en el cálido país asiático como en su casa. Por costumbre -enlaza su octava participación consecutiva- y por lo grato de sus recuerdos, no en vano ha concluído siempre la prueba con alguna victoria bajo el brazo.

La 18ª, nada menos -aunque a las victorias parciales habría que añadirles otros tres triunfos en la clasificación general- llegaba ayer en la segunda etapa de la presente edición, que no sólo rindió su tributo aparentemente obligado al corredor de Quick Step, sino que redujo a una veintena de corredores el ramillete de candidatos a hacerse con la victoria final. Con nombres que invitan a pensar que, efectivamente, alguna relación debe existir entre las carreteras qataríes y las del norte de Europa, porque junto a Boonen llegaban a meta hombres como Fabian Cancellara, Juan Antonio Flecha, Gert Steegmans o Stuart O'Grady. 18 hombres en total que aprovecharon la ventolera para reventar la carrera, jugarse la victoria de etapa y dejar la general muy perfilada.

Para que se decida ésta faltan algunas jornadas; el premio del día se fue al saco de Boonen. Perfecto conocedor de la llegada, adelantó a Heinrich Haussler y Mark Renshaw para que las bonificaciones le convirtieran también en el nuevo líder de la prueba. Y en un hombre feliz, que espera olvidar pronto 2010 -«el peor año de mi carrera»-, pese a que empezó exactamente igual que éste, con triunfo en Qatar. «Aunque sabía que había trabajado bien durante el invierno, esta victoria refuerza mi confianza. Y viendo con quiénes he disputado el sprint, el sabor es aún mejor», explicó.

Los pinganillos

No tiene tanta experiencia en Mallorca Tyler Farrar, pero parece dispuesto a seguir el ejemplo de Boonen. El corredor del Garmin, al menos, ha saldado con sendas victorias, ambas al sprint, las dos primeras jornadas de competición de la Challenge de Mallorca. Esta vez con validez y con premios en metálico, una vez que los equipos corrieron sin pinganillo.

Tampoco los utilizaron en Qatar, donde la organización lo dejó claro. «Si alguien los usa, estará fuera de carrera -advirtió su responsable-. Y si lo hace la mayoría, se retirará el jurado», como ya sucedió el domingo en la jornada inaugural de la Challenge de Mallorca. Como la mayoría de sus compañeros, por no decir todos, Samuel Sánchez defiende el uso del sistema de comunicación, del que asegura que «no es un capricho de los corredores». De manera similar se expresaba Gianni Bugno, que no entiende la medida de la UCI. «Tiene que explicar la verdadera razón de prohibir las radios», exige el presidente de la Asociación Internacional de Ciclistas.