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ESQUÍ I Campeonato del Mundo

Guay resucita a los «crazy canucks»

El quebequés se lleva la medalla de oro en descenso por delante del suizo Didier Cuche.

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Imanol INTZIARTE I

En las décadas de 1970 y 1980, el cuarteto de esquiadores formado por Dave Irwin, Dave Murray, Steve Podborski y Ken Read se ganó el apelativo de crazy canucks -los canadienses locos- por practicar un estilo salvaje y arriesgado con el que cuestionaron el dominio europeo en las pistas más empinadas y peligrosas del mundo.

Para darse cuenta de lo que suponen en su país, basta decir que los crazy canucks son, junto a la campeona olímpica Nancy Greene, los únicos esquiadores que tienen un hueco en el Salón de la Fama de Canadá. Incluso en 2004 se llegó a rodar una película acerca de su historia. Sus proezas continúan siendo recordadas cuando las pendientes dan miedo.

No falta quien sitúa «Kandahar 2» -pista con nombre que recuerda a la montañas afganas pero situada en Garmisch-Partenkirchen- a la misma altura que la «Streif», en la que cada año se disputa el descenso de Kitzbuehel y que está catalogada como la más peligrosa del circuito.

La afición canadiense se llevó una desilusión en los Juegos de Vancouver, hace doce meses, cuando sus representantes en el descenso masculino no pudieron acceder a las medallas en Whistler Mountain. Su mejor opción era Manuel Osborne-Paradies, pero falló, mientras que Erik Guay mantuvo el tipo con un quinto puesto.

Ayer Guay pisó lo más alto del cajón, cubriendo «Kandahar 2» -3.330 metros de longitud, con 920 de desnivel- en un tiempo de 1 minuto, 58 segundos y 41 centésimas, 32 menos que el incombustible suizo Didier Cuche.

Nacido hace 29 años en Montreal (Quebec), hijo de dos monitores de esquí, el nuevo campeón del mundo ya podrá referirse siempre a Garmisch como su segunda casa. Ya había logrado a los pies del Zugspitze, el pico más alto de Alemania, dos de sus tres victorias en la Copa del Mundo, a lo que se suma el triunfo más importante de su carrera.

El abuelo Cuche, que repitió la plata lograda hace dos años en Val d'Isere (Estado francés), donde se proclamó campeón de supergigante, se conformó con la plata en la temporada en la que ha establecido el actual récord de un triunfo con mayor edad en Copa del Mundo, al imponerse con 36 años y 166 días en el descenso de Chamonix. La tercera plaza se la adjudicó el italiano Christof Innerhofer, que el miércoles se llevó el oro en el supergigante.

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