El primer ministro griego, George Papandréu, tachó de «inaceptable» el comportamiento de los inspectores del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su labor de supervisión del plan de rescate en una conversación telefónica mantenida con Dominique Strauss Kahn, director general del FMI.

En ella, Papandréu «le transmitió el mensaje del Gobierno griego acerca de la conducta inaceptable de los representantes de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI durante la conferencia de prensa de ayer», según confirmó la oficina del primer ministro. El Gobierno hizo público un comunicado en el que conminaba a los inspectores a dejar de interferir en los asuntos internos, después de que varios medios locales criticaran a Papandréu por no responder a las llamadas de los inspectores que pedían agilizar las reformas y aumentar el calado de éstas.

George Petalotis, el portavoz del Gobierno, afirmó que «hemos pedido ayuda y aceptamos nuestras obligaciones, pero no hemos pedido a nadie que interfiera en nuestros asuntos internos». «Tenemos necesidades, pero también límites, y no vamos a negociar con nadie los límites de nuestra dignidad. Nosotros sólo aceptamos órdenes del pueblo griego», añadió.

Los inspectores de la UE, el FMI y el BCE aprobaron el pasado viernes una nueva ayuda de 15.000 millones de euros a Grecia. Aunque los comentarios realizados fueron más críticos que en ocasiones anteriores y pidieron a Atenas acelerar más las reformas, luchar contra los grupos de presión y vender más activos.

Privatizaciones

Otro de los síntomas de la tensión existente en torno a la supervisión internacional del plan de rescate han sido las palabras de Dimitris Reppas, ministro de Infraestructuras, quien afirmó ayer en la televisión estatal, Net, que «es imposible obtener beneficios de 50.000 millones de euros en 2015 por las privatizaciones».

Los prestamistas, el FMI, el BCE y la UE, declararon de forma conjunta el viernes que se ha fijado en 50.000 millones de euros los ingresos a obtener por Grecia tras la privatización antes de 2015. Sin embargo, la estimación realizada por el Gobierno griego establecía el objetivo en los 7.000 millones de euros para 2013. No obstante, un alto cargo del ministerio de Economía confirmó que Grecia ha aceptado el objetivo de alcanzar los 50.000 millones de euros.

Altos dirigentes del FMI rechazaron hacer comentarios al respecto, mientras el principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, dijo que el Gobierno estaba al tanto de las demandas del FMI y la Eurozona y que su reacción fue «una farsa». Por otro lado, en referencia a los planes de grupos de la oposición de liberalizar profesiones altamente reguladas, el jefe de la misión del FMI, Poul Thomsen, pidió a los griegos que no se dejen influir «por colectivos con intereses propios». Thomsen se refería a los farmacéuticos, los médicos y los conductores de autobuses, que han estado llevando a cabo huelgas encubiertas y manifestándose durante varias semanas por la reforma de sus profesiones, colapsando el centro de Atenas.