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Eliminado de la Copa en semifinales

Con «La Bomba» hemos topado

El Caja Laboral Baskonia remontó un mal inicio en el segundo cuarto, pero fue incapaz de ponerse por delante. Asimismo, flaqueó más de la cuenta tanto en defensa como por parte de sus hombres más importantes, cosa que el Barcelona aprovechó sin piedad.

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BARCELONA 92
CAJA LABORAL BASKONIA 73

Arnaitz GORRITI I

Reminiscencias de Barakaldo 2010. El Caja Laboral Baskonia justamente eliminado, cabizbajo, y las gradas en plena fiesta baskonista, como si se hubiera llegado a la final. Desde luego, el espíritu de la afición gasteiztarra es más que encomiable -como bien se dijo hace un año, ésta no es la Copa del Rey, sino de la afición-, pero como el deporte es ganar o bien perder, ayer tocó perder. Y de 19, y encajando 92 puntos. Demasiado, se mire por donde se mire, por mucho que ondeasen las bufandas azulgranas alavesas.

Porque, como dijera Alonso Quijano, más conocido como Don Quijote de la Mancha, con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho. Ayer, más que la Iglesia, fue «La Bomba» Navarro con lo que se topó el cuadro gasteiztarra. El escolta de Sant Feliu de Llobregat martilleó el aro baskonista con 26 puntos de todos, pero es que todos, los colores. No hubo manera de pararlo, y como los titulares gasteiztarras, especialmente un San Emeterio muy apagado, tampoco estuvieron a la altura, pues las cuentas, por desgracia, salieron solas.

Las cosas pintaban mal ya desde el arranque. Los titulares baskonistas parecían notar las piernas pesadas ante un Barcelona que, liderado por Navarro, se iba como quería desde el salto inicial. En ataque, los tiros de los vascos se iban al hierro, y en defensa apenas se lograba evitar que su rival sumase cada vez. Con el marcador 21-8, la semifinal amagó con convertirse en una paliza de las que provocan sonrojo.

Pero la rebelión de los suplentes estaba por llegar. Primero fue un triple de Ribas, que antes de caer lesionado pareció sentirse cómodo en el papel de base. Junto con el catalán, Bjelica y sobre todo Logan despertaron con hambre. El «polacoamericano» le puso intensidad a su defensa sobre Navarro y en ataque buscó las penetraciones por muy difíciles que éstas fueran. Mientras, Bjelica mostró su buena mano y también se hizo notar en la faceta reboteadora.

Remontada incompleta

Poco a poco, el marcador fue estrechándose, con Huertas, Teletovic y San Emeterio en el banquillo, y con Barac como principal bastión baskonista. Los de Ivanovic, que en defensa aún debían sufrir la calidad de Navarro -15 tantos al descanso- y la inagotable batería interior culé, llegó a empatar el duelo a 34, tras un parcial de 13-26. Un par de acciones barcelonesas llenas de calidad, con un mate final de Perovic, dieron una pequeña ventaja a los de Xavi Pascual en tiempo de descanso: 39-36. Lo mejor de todo, en apariencia, que los principales actores gasteiztarras estaban cargando las pilas de cara a la lucha final, y que el Baskonia trataba sin miedo ninguno al vigente campeón copero. Lástima que no se lograse poner por delante.

El Caja Laboral Baskonia planteó el regreso del partido como un duelo de a ver quién metía más canastas, casi sin defender. En esa tesitura, el Barcelona, a pesar de sufrir las iras de un Barac muy entonado, respondió con creces de la mano no sólo de Navarro, sino de unos Anderson y Perovic a los que también les iba la marcha. Así, el cuadro gasteiztarra se arrimó 44-43 con unos tiros libres del pívot croata, pero su rival se volvió a escapar merced a un parcial de 16-6. Aquello, aunque aún no se sabía, iba a ser definitivo.

Ivanovic arengó a los suyos en un tiempo muerto, ordenándoles de forma taxativa «parar el balón», evitando la fluidez ofensiva de los de Xavi Pascual. Pero el resultado no fue sino una sucesión de minutos deslabazados, sin acierto por ninguno de los dos equipos. Se echaba mucho de menos una mayor presencia de los pesos pesados baskonistas, que tan bien jugaran el derbi del viernes.

Para postre, un mate sobre la bocina de Alan Anderson después de una sucesión de rebotes ofensivos dejó el duelo más que cuesta arriba al inicio del último período: 62-49. La reserva de gasolina empezaba a parpadear cada vez con mayor fuerza.

Hundidos por los triples

En los diez últimos minutos el Baskonia peleó y se vació, pero no bastó, ni de lejos, porque el Barcelona ya había metido el turbo. Dos triples de Morris y un «tres más uno» de Navarro dejaban el duelo más que sentenciado, a pesar de que la vieja guardia baskonista se marcara un parcial de 0-7, que apenas sirvió para maquillar sus números, ya que los culés volvieron a abrir brecha.

La peor noticia, empero, fue la lesión de Pau Ribas, que salió cojeando y será baja en el duelo ante Panathinaikos.

Ivanovic: «Si este año queremos ganar tenemos que defender, no atacar»

Muy decepcionado, Dusko ivanovic no podía ocultar su malestar tras la abultada derrota frente al Barcelona. El técnico montenegrino echó de menos mayor intensidad defensiva, algo que adelantó será necesario si el Caja Laboral Baskonia pretende ganar algo esta campaña.

«Para mí la clave ha sido la defensa, sobre todo en el tercer cuarto. No teníamos agresividad para no permitir canastas fáciles y cuando nos cogieron 10 puntos de ventaja ya era muy difícil seguir», adelantó.

«El partido no comenzó como debía. Estábamos demasiado ansiosos por hacerlo bien. Además, nuestra defensa no ha sido la que debíamos tener. El partido se decide porque ellos han cogido 10 puntos de ventaja y nosotros teníamos cero faltas, eso no puede ser. Me voy decepcionado porque pensé que podíamos ganar», añadió, molesto.

Y es que lo que valió para ayer vale para lo que resta de campaña. «Si este año queremos ganar tenemos que defender; no atacar, sino defender», recalcaba Ivanovic.

Por su parte, el capitán baskonista Mirza Teletovic lamentó que su equipo «bajó los brazos» tras haberse repuesto de un mal arranque. «Al principio empezamos mal, pero recuperamos en el segundo cuarto con una buena defensa. Cuando ante el Barcelona bajas los brazos es muy difícil de recuperar y eso es lo que nos ha pasado en el tercer cuarto».

El bosnio estaba muy triste, sobre todo por la imagen que había ofrecido el público baskonista, a quien no le pudo brindar el triunfo. «Es una gran pena, sobre todo por la afición, que siempre está a nuestro lado. Esperamos que esta derrota no cambie las cosas, porque ellos quieren a su equipo y siempre estarán con él». A. G.

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