primera semifinal
Nobel de la candidez para Valencia Basket
A. G. I
Si existiera un Premio Nobel a la candidez, éste sería para el Valencia Basket. El equipo dirigido por Svetislav Pesic tuvo contra las cuerdas al Real Madrid, pero le perdonó la vida y los blancos, que realzaron una magnífica defensa en los últimos minutos, lograron imponerse en la primera semifinal copera.
El punto de inflexión llegaría justo cuando los taronja obtenían su máxima ventaja: 27-40, después de un triple de Omar Cook. Hasta aquel momento, minuto 23 del duelo, los valencianos maniataron el ataque merengue, impusieron su físico y secaron el caudal anotador de hombres como Tomic. Tal era el nerviosismo entre los blancos, que en un tiempo muerto impidieron entrar a la televisión, y Prigioni tuvo un feo gesto con un técnico de sonido, al que le cogió y tiró la pértiga con el que sostenía el micrófono.
En ataque, pese a los nervios de una cita tan importante, de la mano de Cook y Rafa Martínez, los de Pesic ensanchaban su renta hasta el punto de que más de un aficionado empezaba a sopesar si merecía la pena apostarse unos euros a su favor.
Miedo a ganar
El duelo llegó al descanso con 27-35 para los taronja, y las cosas les pintaban aún mejor tras abrir más brecha y situarse 27-40.
Paradójicamente, el partido cambió ahí. Suárez mantuvo el ánimo madridista con cinco puntos seguidos, y tras la estela del Chimpa, Mirotic y Tucker aumentaron su caudal anotador, y Sergio rodríguez empezó a carburar. Ya en el cuarto final, sendos triples de Suárez y Mirotic adelantaron a los de Messina, 55-52, sin que el Valencia Basket hallara ya respuesta alguna.
Pero la debacle levantina surgió de su propio ser. Les entró el pánico a ganar y sus brazos se encogieron. Además, perdieron infinidad de balones -¡25!, por 22 de su rival- y echaron su buen trabajo de 23 minutos a perder en esos 17 en el que encajaron un parcial de 42-19.