Comienza el diálogo en Bahréin tras la retira del Ejército a los cuarteles
El movimiento revolucionario nacido en Túnez y Egipto sigue extendiéndose como una mancha de aceite por Oriente Medio y África, donde la represión de los últimos días ha dejado decenas de víctimas mortales. Según el balance de HRW, el número de muertos en Libia se eleva a 84 personas. En Bahréin, anoche el Gobierno anunció en inicio del diálogo con la oposición, después de que el Ejército fuera retirado de las calles y los manifestantes tomaran la plaza de la Perla, en Manama.GARA |
El régimen de Bahréin anunció anoche el inicio de los contactos entre las autoridades y la oposición que exige reformas en el país. «Ha comenzado un proceso de diálogo entre el príncipe y los grupos políticos», informó la Comisión de Información del Gobierno en un mensaje en Twitter.
El rey Hamad bin Isa al-Halifa encargó el viernes al príncipe heredero, jeque Salman bin Hamad al-Jalifa, que iniciara un diálogo con todas las partes y éste apeló a la oposición a dialogar«con sinceridad». Las autoridades suníes de esta pequeña monarquía petrolera del Golfo con mayoría de la población chií y base de la V Flota estadounidense, parecieron resignarse ayer a buscar otra estrategia distinta de la represión ante la demanda de reformas.
La oposición reclama una monarquía constitucional, un Gobierno electo y una alternancia pacífica del poder en un país dónde el cargo de primer ministro está ocupado por el jeque Khalifa ben Salman al-Khalifa, tío del rey, desde la independencia de Bahréin, en 1971, y donde los ministerios clave están dirigidos por miembros de la familia real, y antes del inicio del diálogo exigía la retirada previa del Ejército de las calles de Manama, la capital bahreiní, y garantías de que no se atacaría a la población.
Esa condición se cumplió y una vez retirado el Ejército a sus cuarteles, unos 15.000 bahreiníes volvieron a tomar la plaza de la Perla (Lulu, en árabe), símbolo de las protestas, donde instalaron tiendas de campaña con la intención de permanecer allí hasta que se materialicen las reformas políticas que exigen.
Al grito de «el pueblo quiere la caída del régimen», los opositores entraron en la plaza, de donde habían sido desalojados por la fuerza la madrugada del día 17, después de permanecer dos días acampados. La recuperación de la plaza se logró tras algunos enfrentamientos con la Policía, que sustituyó al Ejército y se retiró tras varios intentos de dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos.
El principal sindicato de la isla, la Unión General de Trabajadores Bahreiníes, ha convocado una huelga general en el país a partir de hoy.
Represión en Libia
La represión tampoco consiguió amedrentar a otros movimientos, como el que ha estallado en Libia contra el régimen del coronel Muamar al-Ghadafi, en el poder desde hace casi 42 años.
Según fuentes médicas y testigos citadas por Human Rights Watch, al menos 84 personas han muerto en el país desde el principio de las manifestaciones, el 15 de febrero.
Un recuento realizado por AFP a partir de diferentes fuentes locales rebajaba la cifra a 65 muertos, y según Amnesty International, los fallecidos en los últimos tres días son 46.
Ayer, la cadena qatarí Al-Jazeera informó de la muerte de quince personas por disparos de la Policía durante una marcha fúnebre en Benghazi, donde la víspera murieron otras 24 personas.
La misma cadena dijo que las protestas contra el régimen se extendieron ayer por el este del país y dio cuenta de la quema de una comisaría en Benghazi y de unas oficinas de las fuerzas de seguridad en Derna.
La Policía abrió fuego ayer contra los manifestantes en Mosrata, la tercera ciudad de Libia, e hirió al menos a ocho personas, según Al-Jazeera. Decenas de jóvenes se lanzaron a las calles para exigir un cambio de régimen y fueron reprimidos de forma particularmente violenta.
Un activista de derechos humanos, Mohammed Sedaka, señaló a Efe que ayer Benghazi, donde ya no había militares ni policías, estaba «totalmente bajo control» de los manifestantes contrarios a Al-Ghadafi.
Por el laicismo, en Túnez
Túnez, donde ayer entró en vigor la amnistía general para los presos políticos, vivió tres manifestaciones en distintos puntos de la capital después de varias semanas de calma. La más numerosa reunió a cerca de 18.000 personas, según informó Europa Press, contra el radicalismo religioso y en favor del laicismo después de que un obispo polaco fuera degollado el viernes en Manuba. Los manifestantes reclamaron una «república laica» y multucultural en la que puedan vivir en armonía musulmanes, judíos y cristianos.
El principal movimiento islamista tunecino, Ennhada, condenó la muerte del obispo polaco Marek Marius Rybinski y pidió al Gobierno que encuentre a los culpables.
Casi al mismo tiempo, otros 3.000 manifestantes se concentraron ante la Embajada francesa para pedir la destitución del embajador, Boris Boillon, por su actitud cortante con los periodistas de la televisión estatal, cuyas preguntas durante una rueda de prensa fueron calificadas por éste de «idiotas, lamentables y sin sentido». Ayer se vio obligado a pedir disculpas.
En otra convocatoria, varios centenares de personas pidieron la sustitución del actual Gobierno de transición, inmerso en la preparación de las elecciones presidenciales previstas para julio o agosto.
El Ministerio del Interior advirtió de que las manifestaciones son ilegales debido a las leyes de emergencia implantadas desde las revueltas.
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Los Hermanos Musulmanes exigieron depurar a las figuras del régimen de Mubarak y la disolución de los servicios de seguridad del Estado. «La purga no se puede limitar a un puñado de ex responsables y de empresarios corruptos», señalaron.
El ministro iraní de Interior, Mustafa Mohamad Nayar, insistió ayer en que las fuerzas de Seguridad harán frente a las protestas convocadas para hoy en el país por la oposición y que el régimen califica de «ilegales».
Las revueltas que recorren el mundo árabe se extienden también por África. Tres destacados líderes de la oposición fueron arrestados ayer en Djibouti tras una protesta sin precedentes contra el presidente, Ismail Omar Guelleh, que degeneró en violentos choques entre manifestantes y policías que se saldaron con al menos dos muertes.
Los arrestados son Aden Robleh Awaleh, Ismail Mohamed Gedi Hared y Chehem Daoud, presidentes del Partido Nacional Democrático (PND), Unión para la Democracia y la Justicia (UDJ) y Partido Democrático de Djibouti (PDD), repectivamente, y se encuentran bajo custodia policial. Guedi Hared también dirige la Unión para el Cambio Democrático (UAD), la coalición opositora que convoco la manifestación que el viernes reunió a miles de personas y fue reprimida por la Policía.
Los manifestantes, siguiendo el ejemplo de Túnez y Egipto, exigieron la renuncia del presidente Guelleh, en el poder desde 1999 y que el año pasado promovió una reforma constitucional para poder aspirar a un tercer mandato en las elecciones del 8 de abril.
La movilización discurrió con tranquilidad hasta que los manifestantes anunciaron su intención de realizar un plante durante la noche, lo que precipitó la intervención de las fuerzas de seguridad.
El Ministerio de Interior informó de la muerte de un manifestante, atropellado por un vehículo policial, y un policía.
Pese a tener una superficie de apenas 23.000 kilómetros cuadrados, Djibuti es un país de gran valor estratégico, pues acoge instalaciones militares de EEUU y del Estado francés. El Campamento Lemonnier es la única base que EEUU tiene en el continente. GARA
Las autoridades saudíes detuvieron ayer a un grupo de siete personas que habían solicitado al rey Abdalah bin Abdelaziz autorización para formar el denominado Partido Islámico del Pueblo, la primera formación política en este ultraconservador reino.
Al menos una persona murió y varias resultaron heridas a consecuencia de los disparos de un grupo de simpatizantes del Gobierno yemení contra una manifestación de activistas opositores al régimen de Ali Abdallah Saleh en la Universidad de Sana'a. En Adén, murió otro manifestante.
El movimiento formado por jóvenes marroquíes reunidos a través de Facebook se ha retirado de la convocatoria de manifestaciones para hoy debido al desencuentro con grupos islamistas y de izquierda que pretenden convertir la protesta en un alegato contra la monarquía.
Centenares de agentes y vehículos blindados de las fuerzas de seguridad argelinas tomaron ayer las calles de Argel para que los manifestantes opositores no pudieran llegar a la plaza Primero de Mayo y reprimieron de nuevo a quienes consiguieron alcanzar el lugar para protestar contra el Gobierno de Abdelaziz Buteflika, exigir el fin del actual régimen y una «Argelia libre y democrática».
La jornada estuvo marcada de nuevo por la fuerte presencia policial. Uno de los que logró llegar a la plaza, el presidente de honor de la Liga Argelina de Derechos Humanos y la figura más respetada de la coordinadora convocante de las protestas, Ali Yahia Abdenur, de 91 años, estimó que el lugar estaba tomado por unos 40.000 policías. Según una fuente oficial citada por AFP, se desplegaron nueve unidades con entre 90 y 120 agentes.
El portavoz de la opositora Reagrupación por la Cultura y la Democracia (RCD), Mohcen Belabés, aseguró que «la presencia policial se ha doblado con respecto al ya impresionante despliegue del pasado sábado -que fue de 30.000 agentes-» y denunció que «decenas de jóvenes pagados por las autoridades han intentado provocar disturbios violentos entre grupos de manifestantes».
La oposición informó de que el diputado Tahar Besbas resultó herido de gravedad tras ser agredido a porrazos y pateado por la Policía. La misma fuente indicó que sufría «un traumatismo craneal con pérdida de consciencia y politraumatismos», pero desde protección civil se negó esa información al asegurar que «no tenía absolutamente nada».
Periodistas citados por AFP cifraron en 3.000 los manifestantes que lograron acceder en pequeños grupos a la plaza coreando consignas como «Argelia libre y democrática», «Poder asesino» y «El pueblo quiere la caída del régimen», para dispersarse posteriormente ante el acoso policial. Muchos opositores, mostrando tarjetas rojas en sus manos, quedaron atrapados en las calles adyacentes a la plaza, tratando de forzar los controles policiales durante horas.
El diario argelino «Le Watan» informó de que varias personas resultaron heridas durante las primeras cargas policiales, y «Tout sur l'Algerie» indicó que simpatizantes de Buteflika acudieron a la zona de las protestas. GARA