Un acto nacional, que tendrá lugar este sábado a las 17.30 en el frontón Atano de Donostia, dará la bienvenida a los nuevos agentes firmantes del Acuerdo de Gernika. Sin desvelar la identidad de estas nuevas firmas, los promotores sí adelantaron que el acto servirá de escenario para emprender la fase definitiva de esta hoja de ruta hacia la paz y la democracia.

Han transcurrido cinco meses desde que, mediante la firma de este acuerdo, una treintena de agentes sociales, políticos y sindicales mostraron su compromiso con la consolidación del proceso político abierto en Euskal Herria. Ayer, una representación de todos ellos se reunía en Donostia para dar por superados los objetivos marcados y anunciar que ha llegado la hora de dar cumplimiento a los acuerdos recogidos en el seno del documento. «Queremos llevar a la práctica los postulados del Acuerdo, que son exigencias claras de la mayoría de la sociedad vasca», leían ante los medios de comunicación.

El acuerdo de Gernika enuncia ocho mínimos democráticos que considera necesarios para la normalización política del país y que van desde la petición a ETA de un alto el fuego hasta la puesta en libertad de los presos políticos vascos enfermos o la petición de derogación de la Ley de Partidos, entre otros.

Los actuales firmantes del Acuerdo de Gernika sostuvieron que el panorama político ha «avanzado» desde que setiembre del pasado año, fecha en la que suscribieron el documento. Y citaron, en este contexto, hitos como la declaración de alto el fuego permanente, general y verificable de ETA, los movimientos de partidos e instituciones aclarando su postura frente al proceso y la implicación de la sociedad vasca, punto que remarcaron de manera especial; «Siempre que se le ha propuesto apoyar el nuevo escenario político ha salido a la calle de manera multitudinaria y ejemplar, como el pasado sábado», afirmaron Mertxe Colina, Belen Arrondo y Andoni Rojo, en francés, euskara y castellano respectivamente.

Insistieron en que el Acuerdo de Gernika constituye «una hoja de ruta hacia la paz definitiva y la democracia verdadera» y mostraron su convencimiento de que el acuerdo se sustenta en unos principios y objetivos que comparte la inmensa mayoría de la ciudadanía vasca.

En la comparecencia, en la que participaron representantes políticos como Rufi Etxeberria (izquierda abertzale), Ikerne Badiola (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Ander Rodríguez (Alternatiba), junto a representantes de agentes sociales y sindicales, se congratularon por la trayectoria realizada por el Acuerdo.

Participación ciudadana, vital

Recordaron que desde su puesta en escena en setiembre del 2010, la socialización del documento ha constituido una prioridad para la treintena de agentes firmantes.

Mediante el reparto de pasquines, la recogida de adhesiones o actos locales, los firmantes de este acuerdo han cosechado durante este tiempo las aportaciones, ideas y preocupaciones de la ciudadanía a pie de calle. Ayer, en la rueda de prensa, dieron vital importancia a esta labor y sentenciaron que «un proceso como el que nos proponemos sólo será posible con la participación activa de la ciudadanía».

Señalaron, además, que gracias a esta socialización y a la implicación mostrada por la ciudadanía han sido posibles las nuevas adhesiones que serán desveladas en el acto que celebrarán este sábado.

El comunicado leído en la rueda prensa hacía hincapié en el esfuerzo realizado por los agentes firmantes al «superar desacuerdos y hacer valer lo que tenían en común». En este sentido, consideraron que han actuado con «responsabilidad» en un momento político que consideraron histórico.

Ante los medios aclararon que la paz y el respeto de todos los derechos para todos y todas, entre las que incluyeron las personas presas, son los pilares sobre los que se sustenta el Acuerdo de Gernika. Y su labor es, según los firmantes, «hacer, paso a paso, todo el camino que nos va a llevar a una situación definitiva de ausencia de violencia y a la normalización política»; o lo que es lo mismo, un escenario en el que todas las personas vean respetados sus derechos y donde todas las opciones políticas puedan presentarse ante la ciudadanía en igualdad de condiciones.