Fuertes enfrentamientos en la undécima huelga general contra los recortes en Grecia
Grecia vivió en 2010 diez huelgas generales en contra de la política de recortes aprobada por el Gobierno de Yorgos Papandreu, apadrinado por la UE y el FMI. Ayer se celebró la primera huelga de este año, y probablemente no será la última, a la vista de la capacidad movilizadora que volvieron a demostrar los sindicatos. El paro rondó el 100% en muchos sectores, y decenas de miles de personas participaron en las manifestaciones. También hubo violentos incidentes.
GARA
Las calles de Atenas fueron ayer escenario de fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policías en el marco de la primera huelga general convocada en 2011 contra los recortes en Grecia, la undécima en apenas un año. Según detalló la agencia Efe, los enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas policiales tuvieron como escenarios principales las cercanías del Parlamento y del rectorado de la Universidad, donde los agentes emplearon gases lacrimógenos para dispersar a los congregados.
Durante los enfrentamientos, un policía resultó herido cuando un cóctel molotov prendió fuego a su ropa, tal como se puede ver en la fotografía. También un periodista resultó levemente herido por la explosión de otro y tuvo que ser trasladado a un hospital para recibir los primeros auxilios.
Más allá de estos incidentes aislados, fueron decenas de miles los manifestantes que salieron a las calles de la capital griega de y de otras ciudades con pancartas y gritos como el que pedía que «se vayan los ladrones», en referencia al Gobierno de Yorgos Papandreu. Unas 50.000 personas, según la Policía, se congregaron en una marcha de protesta que recorrió el centro de Atenas.
Gran incidencia de la huelga
La atención sanitaria, la educación, el transporte y las oficinas públicas en Grecia estuvieron muy afectados por la huelga general, con las que los sindicatos mayoritarios denuncian la política de austeridad del Ejecutivo, que sigue los dictados de la Unión Europea y el FMI.
Tanto el transporte por ferrocarril como el tránsito de barcos entre el continente y las islas quedaron sin servicios, al tiempo que un centenar de vuelos nacionales tuvo que ser suspendido, debido al paro de cuatro horas de los controladores aéreos, según informó Efe. Además, aunque los vuelos internacionales no sufrieron cancelaciones, los horarios sí fueron modificados. Tanto los hospitales como las farmacias funcionaron con servicios mínimos y para casos de emergencia, y las guarderías y colegios de enseñanza media y superior estuvieron cerrados por la protesta de los docentes para reclamar mejoras salariales. Los comercios en el centro de Atenas mantuvieron sus puertas cerradas y el transporte público en la capital no prestó servicio, con excepción del metro, que siguió activo para facilitar la llegada al centro de los manifestantes.
Asimismo, la activa participación en la huelga de los funcionarios también dejó sin servicio a las oficina públicas, tanto las dependientes de los ministerios como de los ayuntamientos.
«Hemos tenido una participación del 100% en las refinerías, barcos y trenes, la construcción, los astilleros, y de un 90% en servicios como los bancos, correos y las empresas de agua, electricidad y telefonía», declaró a Efe el presidente de la Confederación General de Trabajadores, Yanis Panagópulos.
Por su parte, Vasikis Xenakis, de la Unión de Funcionarios Civiles (Adedy), que representa a unos 700.000 empleados, calificó de «completamente satisfactoria» la respuesta de los trabajadores a la convocatoria de huelga. «Es claro el mensaje de la gente: `basta ya' a las medidas de austeridad. La gente no soporta más pagar la crisis», añadió el sindicalista.
También los periodistas griegos secundaron mayoritariamente la huelga general contra los recortes y el país vivió ayer un auténtico «apagón informativo» que estaba previsto que se mantuviera hasta la madrugada de hoy.
Un colectivo llamado «23 de febrero» y formado a través de internet desplegó una pancarta negra ante el Parlamento con la leyenda «Nos estamos muriendo... de hambre, del paro, de los robos, de la corrupción, de la indiferencia».
La Comisión Europea informó ayer de que «en estos momentos» no tiene previsto enviar una misión técnica conjunta con el Banco Central Europeo (BCE) al Estado español, como la que ha visitado Portugal, para evaluar la aplicación del plan de ajuste fiscal y las reformas estructurales aprobadas por el Gobierno de Zapatero para hacer frente a la crisis de deuda.
«En estos momentos, la Comisión Europea no tiene prevista ninguna misión técnica prevista en España para evaluar su situación presupuestaria y económica», dijo concretamente el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. «La declaración de los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro del 4 de febrero, que es la base para la misión que acaba de visitar Portugal, no especifica país alguno», agregó en declaraciones difundidas por Europa Press.
En esta reunión, los líderes europeos acordaron someter antes de la cumbre del 24 y 25 de marzo a «evaluación por parte de la Comisión, en contacto con el BCE, de los progresos realizados por los países de la eurozona en la aplicación de las medidas adoptadas para reforzar su posición fiscal y perspectivas de crecimiento». En las conclusiones no se nombraba a ningún país en concreto, aunque la prensa europea interpretó que esta vigilancia reforzada se aplicaría a Portugal y al Estado español, los más amenazados por los mercados. En las últimas semanas, el coste de la deuda lusa ha marcado máximos y se ha situado por encima del 7%, nivel que los analistas creen que puede precipitar el rescate. A pesar de la negativa de Lisboa, diversas fuentes europeas ven ya inevitable «rescatar» a Portugal. GARA