Los representantes de LAB y STEE-EILAS del Consorcio de Haurreskolak reclamarán ante la sede del Gobierno de Patxi López que ponga fin a los recortes, que apueste por la calidad de los servicios que se prestan a los niños de 0 a 3 años y que haya una equiparación salarial del personal con otros colectivos similares. «Queremos dejar claro que ni LAB, ni STEE-EILAS vamos a aceptar ningún recorte y menos con nuestro amparo, ya que la negociación colectiva ha quedado ninguneada por la patronal, que ha pasado por encima de los derechos de los trabajadores».

El Consejo Directivo de Haurreskolak se reúne en Lakua y los miembros de ambas organizaciones, que cuentan con el 87,59% de representatividad, entregarán las reivindicaciones. A la vez, «queremos decir al conjunto de la sociedad que nuestras reivindicaciones son imprescindibles para garantizar la calidad en el ciclo de 0 a 3 años», según expresaron Leire Garro y Arantza Arrieta, acompañadas por Lorea Igartua y Egoitz Isasi en una rueda de prensa en Bilbo.

Las representantes sindicales recordaron que en 2003 el Gobierno de Lakua y los ayuntamientos pusieron en marcha el plan dirigido a las familias con niños de 0 a 3 años con la finalidad de conciliar la vida familiar y laboral «siempre garantizando la calidad del servicio educativo».

El acuerdo estableció que los ayuntamientos se hicieran cargo del mantenimiento, la limpieza y la vigilancia, mientras que el Departamento de Educación se ocuparía de la gestión de los puestos de trabajo. Sin embargo, de las primeras 30 escuelas infantiles se ha pasado a 200, y a 1.500 educadores, de los cuáles 735 son fijos, pero «existen diferencias notables en el cómputo de horas, salarios y calendario».

LAB y STEE-EILAS dejaron claro, «como bien saben las familias», que el carácter público de las Haurreskolak, «no quiere decir que sea un servicio universal y gratuito, ya que las cuotas que se pagan van desde los 151 euros por cinco o menos horas de asistencia al centro, hasta los 198 euros por un máximo de ocho horas, añadiendo a ese coste el gasto de comidas y meriendas».

Pérdida de calidad

Ambas formaciones criticaron que los ajustes en los presupuestos derivaron «en la reducción de los sueldos como solución eficaz», lo que ha perjudicado a la calidad del servicio hacia los niños.

No están conformes con esa decisión, porque «el Consorcio Haurreskolak quiso convertir en cómplice a la parte social implicándola en la aplicación de los recortes -bajada de sueldos y ahorro en las sustituciones-. Rechazamos esa posición, y a los trabajadores de ikastolas, de educación especial, de colegios concertados y de la plantilla de servicios se les aplicó una subida salarial del 0,8% y, en cambio, a pesar de las continuas peticiones a la empresa para pedir la misma subida salarial, la respuesta ha sido negativa siempre».

Por eso, los representantes sindicales exigieronn «el incremento de la calidad, acercando nuestras condiciones laborales al personal de educación infantil dependiente del Departamento de Educación, así como cubrir las bajas e implantar una serie de ratios adecuados en las aulas de 0 a 3 años».