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PROBLEMAS PARA WIKILEAKS

Assange va camino de la extradición mientras el «Cablegate» se estanca

Como se esperaba, Julian Assange, fundador de Wikileaks, recibió ayer el primer veredicto en su contra en Londres y está más cerca de ser extraditado a Suecia para ser juzgado por una difusa acusación de abusos sexuales. El acoso judicial tiene otro efecto: la ralentizacion de las filtraciones de los cables de la diplomacia estadounidense por parte de los medios a los que Wikileaks entregó el material, algunos de los cuales han tomado una posición hostil contra Assange.

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Ramón SOLA | DONOSTIA

Julian Assange, convertido en enemigo público número uno para muchos gobiernos por la labor de Wikileaks, está más cerca del banquillo y quizás de la cárcel. En paralelo, el Cablegate, la denominada mayor filtración de la historia, pierde velocidad y los medios que asumieron su difusión paulatina marcan distancias respecto a Assange.

Comenzando por la faceta judicial, como se vaticinaba, un tribunal de Londres dio ayer el visto bueno a la euroorden presentada por Suecia tras la denuncia de dos mujeres por supuestos abusos sexuales. La defensa recurrirá el fallo, pero en caso de que esto no prospere Julian Assange será extraditado en diez días al país nórdico. La defensa afirma que podría ser un primer paso para que termine siendo entregado a Estados Unidos y sea procesado allí por filtración de secretos oficiales, aunque las autoridades suecas niegan esta hipótesis.

Durante los tres días que duró la vista, a principios de febrero, la defensa de Assange basó sus alegatos en que el informático australiano no tendría un juicio justo en Suecia. Acusaron a su primer ministro, Fredrik Reinfeldt, de crear una «atmósfera tóxica» y de retratar a Assange como «el enemigo público número uno». Y aseguraron que si acaba en Estados Unidos podría llegar a ser ejecutado.

El fundador de Wikileaks siempre ha negado los hechos que se le imputan y los vincula claramente al Cablegate, aunque ayer matizó que nunca ha dicho que la CIA esté detrás de la acusación de las dos mujeres suecas. No tiene pruebas.

En una comparecencia ante los medios de comunicación tras conocer el fallo del Belmarsh Magistrate Court (al sur de Londres), Assange se quejó además de que «el 95 por ciento de las órdenes de arresto europeas salen adelante» y arremetió con dureza contra este procedimiento: «Durante todo este proceso no se ha tenido para nada en cuenta la solidez de las acusaciones formuladas contra mí. Y siempre hemos sabido que tendríamos que recurrir».

El ritmo lo marcan los medios

En paralelo a este proceso, la ralentización -casi paralización- del Cablegate es un hecho. Por poner un ejemplo, si se acude al buscador avanzado cablesearch.org, que va recogiendo los documentos que se descubren, y se teclea la palabra basque, se comprobará que el último cable que tenía alguna referencia indirecta a Euskal Herria apareció el 24 de diciembre.

En el primer mes de filtración, esta palabra se podía hallar en 58 documentos; en los dos siguientes, por contra, no ha aparecido en ninguno. Y no se trata de un ejemplo aislado, sino de una tendencia.

El ritmo y el contenido de la filtración no lo determina Wikileaks, sino los cinco grandes medios a quienes Assange entregó directamente el material en otoño pasado: ``El País'', ``Le Monde'', ``The Guardian'', ``Der Spiegel'' y ``New York Times''. Se trató de una decisión lógica teniendo en cuenta que los cables necesitan inevitablemente un tratamiento periodístico: seleccionarlos, resumirlos, contextualizarlos... Además, claro, del impacto que proporcionan esas cabeceras.

Sin embargo, tras el inicio del acoso judicial a Assange varios de estos medios han marcado distancias claramente respecto al él, y quizás también -el tiempo lo dirá- respecto al Cable- gate. El fundador de Wikileaks ya se ha mostrado molesto con ``The Guardian'' por su tratamiento del tema y los cables han comenzado a aparecer en otro periódico londinense, ``The Telegraph''. ``El País'' ha dado también notable cobertura a la denuncia de las mujeres suecas, incluida una entrevista a su abogado con el título: «Le caerá al menos un año de cárcel».

Precisamente, anteayer el diario madrileño reunió a los cinco directores para hablar públicamente de Wikileaks. Su director, Javier Moreno, dijo que Assange «es una fuente importante, pero hay que aplicarle el rigor y las normas profesionales».

Por otro lado, estos medios ya anunciaron que los documentos que decidan publicar podrían aparecer «mutilados» con el argumento de motivos de seguridad. La Administración Obama así lo ha pedido, y ¿quién duda de que otros gobiernos también habrán presionado a sus respectivos medios?

 
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