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Doce meses, doce vídeos para romper mitos sobre la enfermedad mental

Libera tu mente. Es lo que pide la asociación guipuzcoana de familiares y enfermos síquicos en su novedosa campaña de doce meses, doce vídeos, para normalizar la realidad de los enfermos mentales. Lo hace cuando cumple 25 años y queda mucho por concienciar.

Joseba VIVANCO

Lucas Parma es un vecino de Irun próximo a cumplir los 31. «Sí, un día me subí al escenario, pero el micrófono no funcionaba», recuerda un concierto de Negu Gorriak en su adolescencia, y lo hace vistiendo una camiseta del grupo guipuzcoano, mientras conversa con Fermín Muguruza. Por aquella etapa, entre conciertos, «porros y litros», como muchos otros jóvenes de su edad, Lucas empezó a sufrir sus primeras crisis que le llevaron a ingresar en más de una ocasión en un siquiátrico.

-¿Tienes un montón de recuerdos?... Buenos y malos... -le inquiere Fermín.

-Recuerdos tengo... Pero estaba pensando en otra cosa... -responde impreciso Lucas.

-¿En qué?

-No sé, en las voces que se me vienen...

-¿Te vienen, a veces, voces?

-Sí...

-¿Como gente que te habla?

-(Sonríe)

-¿Sí?

-Sí, como si me hablaras dos veces... Por ejemplo, me decías una cosas y... hablabas, pero me decías otra cosa...

Es un momento del diálogo que mantienen ambos en el segundo vídeo, el de febrero, promovido por la Asociación Guipuzcoana de Familias y Enfermos Síquicos (Agifes) dentro de su campaña «Libera tu mente. Rompe mitos de la enfermedad mental». En el de enero, el expelotari Mikel Unanue cruzaba unos pelotazos en el frontón con Luciano García, afectado por trastorno bipolar. En este nuevo vídeo, de apenas dos minutos y medio, Fermín se sienta frente a frente con Lucas, que padece una esquizofrenia paranoide. Hoy, vive con sus padres, le gusta pintar cuadros que regalar a sus amigos, acude a clases de piano y estudia Educación Permanente de Adultos.

-¿Estudias en la EPA, no?

-Sí. Esta semana me han dado las notas... Dos suspensos y tres aprobados.

-¿Te gustar estudiar?... ¿No mucho, no?

-A mí me encanta estudiar...

-¿Sabes? Es la primera vez que escucho a un chaval decir que le encanta estudiar. Me has dejado de piedra...

La conversación suscita una mezcla de sentimientos hacia Lucas. Simpatía, ternura, pena. Pero el objetivo último de Agifes es «que la gente le pierda ese falso respeto a la enfermedad mental, porque tener respeto a alguien significa veneración, reconocimiento, pero con el enfermo mental es un respeto con miedo, derivado de ese desconocimiento...», lo explica José Mari Irazusta, vicepresidente de una entidad que suma un millar de asociados. «Esta sociedad, que es tan justiciera, los aparta, pero queremos demostrar que la realidad es distinta. Una vez que se les conoce, se les pierde ese miedo», prosigue con su argumentación.

25 años socializando

Agifes cumple 25 años. Nació empujada por la reforma legal que `sacó' a muchos enfermos mentales crónicos de los siquiátricos y, de repente, convirtió sus casas en hospitales. El problema era que las familias no sabían ni qué les pasaba a sus allegados ni cómo atenderles. «No estaban preparadas y nunca han estado preparadas», sentencia Irazusta. «Los enfermos se sentían incomprendidos y no digamos nada de la sociedad», insiste.

Uno podría pensar que se hizo visible lo que hasta entonces era invisible tras unas herméticas paredes. «Pero es un problema que sigue estando oculto en muchos casos», lamenta. Ha pasado un cuarto de siglo, «seguramente hemos avanzado mucho», responde, pero, matiza, «seguramente pensaremos también que hemos logrado poco».

Hoy se dispone de un extenso, aunque insuficiente, tejido asistencial para el amplio abanico de enfermedades mentales. Pero si hay necesidad de poner en marcha una campaña que rompa con tantos mitos lastrados, también eso tiene su particular lectura. «Todo el mundo sabe que hay gente con cáncer, pues queremos que también la gente vea como normal que haya enfermos mentales», defiende.

La Organización Mundial de la Salud estima que un 1% de la población mundial sufre de algún tipo de esquizofrenia. «Eso quiere decir que sólo en Donostia, estadísticamente, hay casi dos mil esquizofrénicos. Y hablamos de esquizofrenias, porque, por ejemplo, bipolares hay muchos más, y es gente que pasa más desapercibida», plantea el vicepresidente de Agifes.

Como Luciano o como Lucas, como Mikel o como Fermín, otros enfermos o familiares de éstos y otros rostros vascos conocidos tratarán, mes a mes, de ir eliminando prejuicios sobre patologías como éstas. Se quiere invitar a la sociedad a que se acerque a las personas con enfermedad mental, a que las escuche, las conceda su espacio, las tenga en cuenta y, sobre todo, las brinde el respeto que se merecen. «No son personas de otro mundo», sintetizan los organizadores de una iniciativa que puede seguirse a través de www.youtube.com/Agifes25aniversario.

Agifes agradece la repercusión lograda con estos primeros vídeos. Pero ni siquiera su realización es fácil, porque el estigma sigue pesando y mucho. «El problema no es conseguir gente relevante o famosa, el problema es encontrar que un usuario quiera. Hablé con uno de ellos, con trastorno obsesivo compulsivo, y me decía que él saldría, pero que gente de su cuadrilla o conocida no sabía de su enfermedad. Que sería exponerse a la gente...», confiesa Irazusta.

Al final del vídeo sobre el trastorno bipolar, justo antes de que Mikel Unanue y Luciano García se fundan en un comprensivo abrazo, el expelotari le pregunta:

-¿Sientes que te miran con rechazo?

-Algunos sí... Pero con la mayoría de la gente me siento bien. -asiente Luciano.

No será sencillo, pero quizá si empezamos por liberar nuestra mente...

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