Los recortes sociales echan chispas en Wisconsin y pueden prender una tormenta de fuego
El estado norteamericano de Wisconsin, según el gobernador republicano Scott Walker, está en bancarrota. Esa situación, tan familiar en una Europa donde los rescates a estados en bancarrota están al orden del día, escribe las medidas que hay que tomar en números rojos, piensa más que con cabeza o con el corazón, con los bolsillos. Y allí como aquí, las recetas que se aplican buscan el dinero recortando el poder adquisitivo de los trabajadores, sin escuchar la disposición a hacer concesiones razonables que éstos puedan tener, sacrificando el presente con la excusa del hipotético bienestar de las próximas generaciones. En EEUU como en Europa esa aproximación al problema es decididamente equivocada, aunque ello no signifique que los status quo sean viables y sostenibles.
Por ello resulta alentador que los trabajadores norteamericanos, los jóvenes y las plataformas ciudadanas on line sean capaces de organizar unas protestas que no se conocían desde la guerra de Vietnam. La chispa de Wisconsin seguramente prenderá en otros estados y la posibilidad de una tormenta de fuego de protestas sociales podría hacerse más real. Así son los tiempos que corren. En el mundo global, y en EEUU también.