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París estudia suprimir el impuesto de solidaridad sobre las fortunas

GARA | PARÍS

El Gobierno francés estudia transformar o incluso suprimir el impuesto de solidaridad sobre las fortunas, según avanzó ayer el ministro del Presupuesto, François Baroin, quien dijo que además se modificará otro instrumento conocido como el «escudo fiscal».

El futuro de ambas figuras fiscales, que afectan a los ciudadanos del Estado francés con más ingresos, aunque de manera opuesta, se debatirá mañana en una reunión en la que participarán en París, entre otros, el propio Baroin y la ministra de Economía, Christine Lagarde.

Baroin declaró a la emisora France 2 que hay en estudio dos opciones y que ambas incluyen la supresión del «escudo fiscal», que limita al 50% de los ingresos lo que un contribuyente ha de pagar en un año. De decidirse finalmente la supresión de esta figura fiscal supondría un cambio total respecto a las declaraciones de hace menos de un año del presidente Nicolas Sarkozy, quien rechazó eliminar esta disposición. El «escudo fiscal» se creó en 2006 y fue objeto de algunos ajustes al año siguiente, al llegar Nicolas Sarkozy a la presidencia. Consiste en que nadie debe pagar más del 50% de sus ingresos anuales en impuestos o cotizaciones, al margen de lo que gane.

«Uno de los escenarios -completó además el ministro Baroin en declaraciones recogidas por Efe- irá en el sentido de la reforma del Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna (ISF), quizás hasta su eliminación, y otra irá hacia una transformación en profundidad».

Aportaría 3.900 millones

El ISF, que fue creado en 1989 y sustituyó al Impuesto sobre las Grandes Fortunas, lo pagan en paralelo a la declaración de la renta quienes tengan un patrimonio superior a los 790.000 euros y se supone que en 2011 debería aportar al Estado en torno a los 3.900 millones de euros. Según comunicaron el año pasado las autoridades francesas, el número de personas sujetas al pago del ISF aumentó de 527.800 en 2007 a casi 566.000 en 2008, es decir, un incremento del 7,2%.

El presidente Sarkozy anunció en noviembre que la creación de un «nuevo impuesto sobre el patrimonio» pretendía evitar lo que el mandatario denominó «los errores del pasado», que consisten, según su opinión, en gravar el patrimonio, cuando lo que a su juicio habría que hacer es actuar sobre las rentas de éste y sus plusvalías. El año pasado el Ministerio francés de Economía anunció que 821 contri- buyentes susceptibles de pagar el ISF habían abandonado el Estado francés en 2008, 102 más que el año precedente, y eso a pesar de la existencia del oneroso «escudo fiscal».

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