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Columbarios, nueva línea de negocio del Arzobispado en la Catedral de Iruñea

El auge de las cremaciones en los últimos años, frente a los clásicos enterramientos, está siendo aprovechado por el Arzobispado de Iruñea para abrir una nueva línea de negocio mediante la instalación de columbarios en templos escriturados a su nombre.

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Iñaki VIGOR

Al caminar por el claustro de la Catedral de Iruñea se tiene la sensación de estar pisando sobre hueco. Muchas losas crujen y se mueven a cada paso. Se trata de tumbas, todas idénticas. Miden 1,20 x 0,60 metros, y lo único que las diferencia es que están numeradas del 1 al 328. Algunas acogen a un solo individuo, en otras hay varios. En total, se estima que hay más de 6.500 enterramientos en esta necrópolis, la mayor de la ciudad antes de que se construyera el cementerio de Beritxitos.

Los restos óseos de estas 328 tumbas están siendo desenterrados desde hace varios meses por arqueólogos de la empresa Trama, que confían en concluir su trabajo en un plazo aproximado de dos meses. Conforme van excavando, anotan minuciosamente los datos de los restos que aparecen. Los que tienen conexión anatómica se analizan en un laboratorio instalado en la misma Catedral, antes de ser trasladados al Museo de Nafarroa. Los demás, que son la mayoría, se introducen en bolsas numeradas para llevarlos a otro lugar, todavía por determinar.

Los restos más antiguos que alberga este claustro son de finales del siglo XVIII, y los arqueólogos han descartado que correspondan a personajes históricos de Nafarroa. Estas excavaciones están aportando abundante información sobre las viejas estructuras de la Catedral, pero el objetivo del Arzobispado es otro: habilitar estas viejas tumbas para instalar allí modernos columbarios.

La primera iglesia de Iruñea que introdujo columbarios para depositar cenizas de los difuntos fue la de San Francisco Javier, que comenzó en noviembre de 2009 y tiene ocupados ya unos 80 nichos. Tiene capacidad para 1.200 urnas, y el precio, para un periodo de 30 años, es de 2.000 euros si es individual, 3.000 si se trata de pareja y 4.000 si es para cuatro individuos. Al término de los 30 años hay que pagar un 30% de estas cantidades para realizar prórrogas por otro periodo igual. Además, los columbarios tienen unos precios de mantenimiento que oscilan entre los 50 y los 100 euros anuales, en función del número de restos.

Estos precios están sirviendo de referencia para otras iglesias de la capital navarra que también han decidido instalar columbarios, como la de San Ignacio, San Miguel y San Lorenzo. Esta última fue inmatriculada por el Arzobispado el día 5 de diciembre de 2003. También se apropió de la capilla de San Fermín, pese a que fue construida por el Ayuntamiento de Iruñea en 1696 y de que su mantenimiento siempre ha corrido a cargo del erario público.

Fondos públicos para fines privados

Estos desenterramientos en la Catedral de Iruñea se están llevando a cabo dentro del proyecto de adecentamiento de la fachada y restauración de las campanas y otros elementos. Las obras, que comenzaron a finales de 2009 y están a punto de concluir, tenían un presupuesto inicial de 4,2 millones de euros, parte de los cuales están aportados por el Ayuntamiento de Iruñea y el Gobierno de Nafarroa.

La Catedral fue inmatriculada por el Arzobispado el día 15 de mayo de 2006, convirtiéndose desde aquella fecha en un monumento privado que se nutre de ayudas públicas. Así, de los casi 3 millones de euros destinados a restaurar templos escriturados por la Iglesia, 1,58 millones han sido para la Catedral, en la que en su día las instituciones ya invirtieron 2.500 millones de pesetas.

Con la instalación de columbarios, el Arzobispado ha abierto ahora una nueva vía de negocio en este monumento, que históricamente fue lugar de reunión de las Cortes del Reino y de la Diputación. Todavía no se ha concretado el precio que se cobrará por depositar allí las cenizas de los muertos. En principio, se está planteando cobrar 365 euros por una concesión de diez años, y también se permitirían concesiones de 20, 30, 40 e incluso 100 años. En este último caso, el precio por cada columbario superaría los 5.000 euros. Teniendo en cuenta la capacidad del claustro de la seo de Iruñea, el negocio puede resultar muy rentable. A ello hay que añadir los gastos de las propias urnas y de su mantenimiento.

Esta actitud de la jerarquía eclesiástica ha sido denunciada por la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro. «Está claro que quiere hacer caja a costa del patrimonio que levantaron los pueblos. Es pura avaricia, no hay otra explicación», afirman.

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