El presidente de la Audiencia Nacional, Angel Juanes, dirigirá la Sala especial que debe dictaminar sobre el incidente de recusación que la defensa de Arnaldo Otegi ha presentado contra el tribunal que le condenó sin la debida imparcialidad por su participación en el acto en favor del preso José María Sagardui, Gatza, y que debe juzgarle por el llamado «caso Bateragune».

El pasado 8 de febrero se conoció que el Tribunal Supremo había ordenado la repetición del juicio contra Arnaldo Otegi por el acto de Zornotza, y exigido que se forme un tribunal nuevo con magistrados diferentes, al entender que Ángela Murillo había actuado con prejuicios de culpabilidad, lo que afectaba también a sus compañeros de la Sección Cuarta, Teresa Palacios y Juan Francisco Martel.

La abogada de Arnaldo Otegi, Jone Goirizelaia, explicó a GARA que había interpuesto un incidente de abstención para que los tres magistrados implicados renunciaran voluntariamente, o en su caso de recusación, porque si el Supremo ha sentenciado que actuaron con prejuicios en un caso, no cabe pensar que vayan a ser imparciales en futuros juicios.

Murillo, Palacio y Martel eran los encargados de juzgar a Arnaldo Otegi por el llamado «caso Bateragune», que lo mantiene en prisión desde octubre de 2009. Los tres han sido también quienes constantemente han rechazado, una tras otra, todas las solicitudes de puesta en libertad provisional del dirigente independentista.

La presentación del incidente de la recusación y la decisión de poner en marcha la maquinaria para su análisis fue dada a conocer ayer por la Audiencia Nacional a los periodistas que cubren habitualmente los trabajos del tribunal especial.

La abogada Jone Goirizelaia señaló a este diario que a ella todavía no se le había comunicado nada, con lo que vuelve a evidenciarse que en la Audiencia Nacional las filtraciones circulan más rápido que las notificaciones por cauces oficiales.

Opinión condenatoria formada

La magistrada Ángela Murillo, acompañada por Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, mostró durante todo el juicio a Arnaldo Otegi por el acto en favor de Gatza una actitud displicente hacia el líder independentista, que le llevó a preguntarle «¿Usted condena rotundamente la violencia?», cuestión a la que Otegi respondió «no voy a contestar». La juez dijo entonces «muy bien, ya lo sabía».

En opinión del Tribunal Supremo, este comentario demuestra que Murillo tenía ya una opinión formada para condenar a Arnaldo Otegi en un caso en el que precisamente se juzgaba el «enaltecimiento del terrorismo».